Extra III

743 61 16
                                    

[ADVERTENCIA: este one-shot es Duklit, de no gustarte la ship, no es necesario leer para entender la historia <3]


[2 años y medio atrás]

No pudo evitar salivar.

Tragó en seco, tratando de pensar con claridad, y no solo en los billetes verdes que el mayor le mostraba.

—¿Entonces? —preguntó Lombardo, notando que el menor todavía luchaba consigo mismo acerca de si aceptar o no, pero Duki no tenía pensado ser rechazado. —Si 200 dolares no son suficientes... Entonces 500. —dijo, sacando más dólares de su billetera.

Siendo sincero, no era un gran gasto, considerando todo lo que ganaba, pero ya era mucho más de lo que pagaría por tener sexo.

Pensó incluso en redoblarlo, pero no fue necesario.

—Está bien. —dijo finalmente Lit. Con ese dinero podría pagar todo lo que tenía que pagar en el mes, así que le fue imposible negarse.

Se sintió un mero objeto al venderse de esa forma, pero realmente, no le importó, solo podía pensar en los billetes verdes que el otro le estaba dando.

Y Lombardo sonrió.

—Bien, entonces anda a ponerte esto. —dijo, alcanzándole una bolsa.

Lit frunció el ceño al ver el contenido de la misma.

—Ah, no, eso si que no. —dijo, tendiéndole la bolsa de vuelta.

Lombardo suspiró.

—Lo doblo a 1000. Es con eso puesto y sin forro, o no hacemos nada y me quedo con mi dinero.

Lit salivó nuevamente.

No pudo negarse, aunque hubiera querido.

Fue al baño a vestirse, con toda la vergüenza del mundo.


[...]


10 minutos después, finalmente Monzón salió del baño, recibiendo una mirada hambrienta de parte del mayor.

Se sintió más desnudo de lo que ya estaba.

Estaba vestido con el típico traje de conejita playboy; orejas, tacones y el enterito de cuero negro, acompañado por el pompón blanco esponjoso que fingía de cola de conejo.

Cabe aclarar que ni siquiera Lit sabía cómo se lograba mantener en pie, se le hizo más fácil de lo que imaginó, pero el miedo de caer seguía presente, aunque ese miedo era poco comparado a la vergüenza que sentía, demostrada en el rojo de su cara.

Lombardo palmeo sus propias piernas, sentado en la cama del hotel en el que se encontraban.

Lit se relamió los labios, pensando que estaba todavía a tiempo de arrepentirse, pero su vista se desvió a los billetes en el escritorio, lo que fue el incentivo suficiente para seguir con lo que había empezado.

Caminó hasta Lombardo, sin saber dónde colocar sus manos mientras caminaba.

Una vez llegó en frente suyo, con toda la vergüenza del mundo, se sentó a horcajadas suyo, sintiendo pronto las manos ajenas sobre sus glúteos, apretándolos, lográndole sacar un suave jadeo, que acentuó más su vergüenza.

Se sentía tan expuesto, tan observado...

—Uno pensaría que en un traje así nadie puede verse adorable... —susurró el mayor, con voz ronca, apretando nuevamente los glúteos del menor— Y sin embargo, acá estas... —gruñó, y Lit se sintió diminuto, pero también, excitado— No esperes salir caminando de acá.

S.L.U.T. [Litcko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora