Capítulo 3

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Pov. Mauro

Jadeé agitado, tratando de recuperar el aire, al igual que Valen, quien mimó suavemente mis muslos y cadera, mirándome desde abajo.

—Tengo que tirar el condón, Mau. —murmuró, observando sus propios dedos delineando mi cintura.

Asentí suavemente, levantando mis caderas mientras soltaba un suave jadeo al sentirlo salir de mi interior. Me tiré al lado suyo y él se levantó a tirar el preservativo antes de acostarse a mi lado nuevamente, prendiéndose un porro.

—¿Cómo está todo con Nacho? —me preguntó luego de un rato, e inevitablemente hice una mueca.

—¿Te contó? —pregunté, aunque la respuesta era prácticamente obvia.

—Si, al día siguiente de que se acostaron. Tuvimos una pequeña discusión, pero creo que ya está más calmado. —comentó, exhalando el humo del porro.

—Que esté más calmado no significa que me vaya a perdonar así de fácil... —murmuré, mirando un punto fijo en el techo antes de robarle el porro a Valen y darle una calada.

—No sabía que... —susurró sorprendido.

—A veces, cuando estoy estresado. —respondí, devolviéndole el porro.

—Hm... —no dijo nada más, probablemente esperando a que hable.

—Primero Paulo, y ahora Mati... —me cubrí los ojos con mi antebrazo, sintiendo la mirada de Valen sobre mí.

—Pensé que ya te habías arreglado con Paulo. —comentó, a lo que negué, destapándome los ojos, manteniendo nuevamente mi vista en el techo.

—Las únicas veces que hablamos, discutimos —expliqué—. Así que mejor no hablamos. Dudo que llegue a aceptarlo, en realidad. —dije, quitándole nuevamente el porro para darle otra calada.

—Pero si se entera que ya no lo haces por dinero a lo mejor... —dejo la frase al aire al ver que mi expresión se transformaba en una mueca— No me jodas, Mauro, sos famoso y tenes dinero de sobra, ¿En serio seguis cobrando? —me quitó el porro, casi como si fuera un castigo, a lo que suspiré.

—A algunas personas —respondí—. Gente con quien no me quiero acostar o... —deje la frase al aire, prefería no decir eso— No sé, Valen, veo los billetes y es como que mi cerebro solo puede pensar en eso, en que los quiero, no sé... —gruñí, y él se quedó en silencio, sin añadir nada al tema. Seguro no me entendía, y yo tampoco lo hacía, en realidad.

Valentín tenía razón, yo ya era famoso, ya tenía dinero de sobra, pero aún así mi boca salivaba al ver los dólares que me ofrecían, y antes de darme cuenta, estaba aceptando. Lo peor era que una vez terminado el sexo, tomaba los billetes y solo tenía un sabor amargo en la boca. Varias veces incluso devolví el dinero.

—¿Y cómo va todo con Teito? —pregunté, cambiando el tema.

—Exactamente igual que antes —respondió, suspirando—. A veces creo tener oportunidad, y de repente me corta la cara o me nombra alguna chica con la que cogió o está en algo...

—Si querés puedo hablar con el —ofrecí—. Curiosamente me tiene bastante confianza. —me encogí de hombros, y lo observé hacer una mueca.

—¿Cogieron? —preguntó, a lo que reí, dándome vuelta para quedar boca abajo, acurrucando mi mejilla contra la almohada.

—Una o dos veces. El estaba molesto, solo llegó y pasó —expliqué, sintiendo su mirada molesta sobre mí—. Pero claro, apenas terminábamos me decía que era completamente hétero. —me encogí de hombros ligeramente.

S.L.U.T. [Litcko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora