Capítulo 12

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[1 mes después]

Pov. Mauro

—Entonces... ¿El gravísimo problema que tenías era que te gusta Ecko? —preguntó Valen, mirándome fijamente, como si fuera un pelotudo.

—Si, y no me mires así. —pedí, mirándolo con molestia mientras él se empezaba a prender un porro.

—No entiendo cual es el problema de que te guste un pibe. —admitió Valen, dándole una calada al porro y ofreciéndome después, pero lo negué.

—El problema no es que me guste un pibe, Valentín. —respondí, hundiendo mi cara en la almohada.

—¿Entonces cuál es? —preguntó, y pude sentir su fija mirada en mi nuca, a lo que yo me cubrí con las sábanas hasta la cabeza, ya que me sentía expuesto, y no era solo por estar desnudo.

—Todo —respondí, y al no recibir respuesta de Valentín, me descubrí y me senté, frunciendo el ceño—. Uno, que me estoy prostituyendo y aunque me guste Matías me gusta ir de cama en cama. Dos, no creo que él esté para relaciones abiertas. Tres, es mi mejor amigo, con derechos pero mi mejor amigo. Cuatro, seguro es hetero-romántico. Cinco, aunque empezara a salir con él, todavía no puedo rechazar el dinero que me ofrecen por sexo, aunque quiera —expliqué, acostándome y suspirando con pesadez—. Y estoy seguro que me estoy olvidando de algo.

—De los fideos, tal vez. —respondió Valen.

—No me refiero a es- ¡Los fideos! —me exalté, levantándome de la cama y yendo rápidamente a la cocina, apagando la hornalla.

Bueno, definitivamente se me habían pasado los fideos.

Volví a la pieza, tirándome boca abajo en la cama al lado de Valen, que se rió.

—¿Se te pasaron?

—Se me pasaron. —respondí.

—Por suerte ya me acostumbré al sabor.

—Uy, la puta madre, ¿Vos también? —me quejé— ¿Por qué no me dicen cuando me quedan feos los fideos?

—Un día preguntale a Mati. —me respondió con diversión, a lo que yo lo miré confundido.

Y de repente recordé que estábamos hablando de algo más importante.

—¿De qué estábamos hablando?

—De los fideos.

—No, pelotudo —bufé, sentándome—. Antes.

—Ah, de las excusas que tenes para no salir con Matías. —me recordó.

—Cier- ¡No son excusas! —me quejé, dándole un suave golpe, a lo que el rió.

—Si lo son, Lit —respondió, y no agregué nada, observándolo dar una calada a su porro, esperando a que empiece con su discurso—. Primero, me sorprende que sepas lo que es ser "hetero-romántico", pero no sabes si Nacho lo es, estás asumiendo nomás —empezó—. Dos, podes tratar de dejar de prostituirte, dejar de aceptar el dinero, no es algo imposible. Tercero, tampoco sabes si él entraría a una relación abierta, y a lo mejor el deseo de acostarte con quien sea lo podes empezar a dejar —siguió, dándole una calada al porro de por medio—. Y por último, no importa que sea tu mejor amigo, a lo mejor también le gustas.

Y bueno, me cerró el culo.

Como siempre.

—Te odio.

—Me amas. —respondió, "guiñándome" el ojo.

—Lo único que amo es imaginarte frente a un espejo tratando de aprender a guiñar. —repliqué, riéndome de su expresión.

S.L.U.T. [Litcko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora