Capítulo 14

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Pov. Mauro

—¿Ya te vas? —preguntó Dam con voz algo ronca y adormilada.

Me giré al terminar de ponerme los jeans para mirarlo, sintiendo sus ojos analizarme, aunque estuviera sonriendo como si viera algo divertido.

—Si, tengo cosas que hacer en casa —mentí—. Y tengo que visitar a mamá. —agregué, aunque eso ya no era mentira.

—¿Seguro que no te queres quedar otro rato? —preguntó con diversión.

Me senté en el borde de la cama para calzarme, dándole la espalda.

—Seguro. —respondí.

—¿No queres otra ronda? —insistió, y yo bufé.

—Que no. No debí hacer esto con vos de nuevo. —murmuré, pero él me escuchó.

Nos quedamos en silencio mientras yo me calzaba.

—¿Qué hice mal? —me preguntó, y yo sentí la ira fluir por mis venas.

—Deberías saberlo a esta altura. —respondí secamente.

—No lo sé.

Me levanté con molestia, y lo miré.

—No aceptar que no me gustas. —dije, desviando después la mirada para tomar mis cosas, quería irme rápido.

—Anoche no parecías decir lo mismo.

—Anoche lo único que me gustaba era tu pija, y vi mejores. —acoté, tratando de encontrar mis llaves, poniéndome a buscar bajo la cama.

—Auch —respondió, con ese tono de diversión que solo me molestaba más. Se quedó en silencio varios segundos, antes de finalmente volver a hablar—. Solo trataba de enamorarte, ¿Sabes? —cuestionó, buscando mi mirada.

Por suerte, encontré mis llaves.

—Bueno, forzándome a que me acueste con vos no es una buena manera de enamorarme, ¿Sabes? —respondí, levantándome.

—No te forcé. —replicó.

—Porque llegó Nacho nada más —espeté, mirándolo con molestia—. Y agradecé que Mati no se enteró, porque estaba ahí. —le recordé, yendo hasta la puerta para poder irme de ese hotel de una vez por todas, pero él tenía algo más que decir.

—Me seguís gustando, Mau.

—Y a mi no me gustaste, no me gustas, ni me vas a gustar. —finalicé, saliendo del cuarto del hotel.

Pov. Matías

Respingué, pisando una y otra vez el piso con mi talón mientras miraba Twitter, sintiendo la impaciencia crecer cada vez más en mi interior.

Le había enviado un mensaje a Lit hace una hora y el todavía no me había respondido, más encima no sabía dónde estaba porque en ningún momento me había dicho.

Estaba molesto y preocupado a la a vez.

Le envié un nuevo mensaje y este siquiera le llegó.

Maldije.

Pero entonces escuché la puerta abrirse. Alcé la mirada y encontré a Mauro entrando.

Sentí que el oxígeno volvió a mis pulmones, pero ya sin la preocupación, ahora estaba solo molesto.

—Mauro. —me levanté, sintiendo su mirada cargada de aburrimiento sobre mí mientras cerraba la puerta.

Lo noté perezoso, cansado, pero en ese momento no me importó.

—Pensé que ya te habías ido. —dijo, en tono neutro, dirigiéndose al living, pero lo detuve.

—¿Me querés decir donde mierda estabas? Me tuviste preocupado toda la noche. —reproché.

—No te interesa —replicó, zafándose de mi agarre—. No sos mi vieja para andarte preocupando tanto por mi. —agregó, colgando sus llaves.

—Habíamos quedado en venir juntos y de repente desapareces, ¿Como mierda no me voy a preocupar? —espeté, sintiendo mi molestia crecer al ver que realmente no le importaba el asunto, incluso se agarró un helado del freezer de la heladera.

—No creí que te fueras a dar cuenta. —dijo en voz ronca mientras abría el helado.

—¿Por qué mierda no me daría cuenta? —pregunté, molesto.

—Estaba con Dam —me desvió el tema—. Me aburrí porque no volvías y los dos nos fuimos a un hotel y me olvidé de avisarte. —dijo simplemente, dándole una mordida a la paleta, rodeándome para poder ir a sentarse al sofá.

Me di vuelta para verlo, sintiendo más molestia que antes al saber que él estaba cogiendo con uno de mis amigos mientras yo me preocupaba por él.

—Sos joda, ¿No? —pregunté, tratando de ignorar el dolor en mi pecho.

—No. —respondió simplemente, prendiendo el televisor.

Y ahí me di cuenta de que no estaba discutiendo con mi mejor amigo, estaba discutiendo con quien me había acostado hace unos meses.

Presioné los labios y apreté los puños.

—¿Me querés decir qué mierda te pasa? —cuestioné.

—Nada. —respondió.

Gruñí, tomando el control y apagándole la televisión para inclinarme frente a él y sujetarlo de una mejilla

—Te pasa algo, no soy pelotudo, Mauro. —aseguré, manteniendo contacto visual, observando sus iris temblar ligeramente antes de que me respondiera con completa seguridad.

—Te dije que no me pasa nada, estoy perfectamente, deja de flashar. —aseguró, girando la cara para zafarse de mi toque.

Me incorporé, mirándolo con molestia.

—Cuando decidas decirme que mierda te pasa, hablame. —espeté, dándome vuelta para irme.

Estaba a pasos de la puerta cuando su agarre me detuvo.

Me giré hacia él, y apenas lo hice, sus labios se posaron sobre los míos. Sentí su mano sujetar mi nuca, impidiéndome separarme.

Quise resistirme, pero cedí, empujando mis labios contra los suyos, estampándolo luego contra una pared, escuchandolo ahogar un jadeo.

Devoré sus labios, apoyando una mano en la pared, al lado de su cabeza, y la otra en su cintura, sintiendo nuestros cuerpos cerca, rozando.

Dominé el beso, sintiéndolo ceder ante mí.

Rompí el beso poco a poco, separándome y abriendo lentamente mis ojos, observando su rostro rojo, agitado y jadeante.

Tentador, pero no.

—Cuando quieras decirme que pasa, podemos continuarlo. —dije simplemente, separándome.

Fui a buscar mis cosas.

Cuando volví, Lit estaba en el mismo lugar.

Lo miré, pero no dijo nada.

Retuve un suspiro y fui hasta la puerta, la cual abrí para finalmente irme, tratando de ignorar el sollozo que escuché al cruzarla.

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N/a: Y hasta acá el capítulo, que siento que quedó medio pete, los dos anteriores si me gustó como habían quedado :/

Pero bueno, acá está, anyway.

Les comento que mañana saco un one-shot Litcko en Our way out, así que atentis ;)

La proxima actu de esta historia va a ser el viernes, so, ya saben.

En fin, no tengo mucho más pa' decir.

Espero que les haya gustado el cap <3

Atte. Liam

S.L.U.T. [Litcko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora