Capítulo 22

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Pov. Matías

Ya llevábamos poco más de un mes juntos con Lit, y yo hoy tenía pensado pedirle que sea mi novio.

Lo había llamado a Paulo para que lo entretuviera y entonces, con ayuda de Mateo y Valen, preparé su casa para pedírsel ode una manera más emotiva. Y, si, en su casa ya que, después de todo, pasaba la mayor parte del tiempo allí, aunque a veces era Lit quien se pasaba unos días en mi casa.

Mateo y Valen me decoraron prácticamente todo.

Pusieron algunas guirnaldas, unas hechas por Teo, que estaba emocionado porque le salieron bien, y aunque estaban bastante desprolijas, ni Valen ni yo dijimos nada.

También vino Manu en un momento, sin Dani ya que este aparentemente estaba enfermo y Vainstein le había prohibido salir.

Manu arregló algunos de nuestros desastres, y por suerte no dijo nada de la guirnalda hecha por Mateo.

Así fue como el comedor quedó con algunas guirnaldas y luces de navidad, aparte de con 5 globos de helio que probablemente iban a terminar siendo usados para diversión de Lit. En la habitación simplemente colocamos unas luces led, algo que Mauro me había dicho que siempre quiso pero jamás se dignó a comprar.

También, Manu nos ayudó a hacer una pizza en forma de corazón. No quedó como un corazón perfecto pero se parecía a uno y la intención era lo que contaba.

Cuando los chicos estaban por irse, se me ocurrió una idea y tuvieron que quedarse más rato.

Así fue como todo quedó listo y preparado para cuando Mau llegara.


Pov. Mauro

Paulo estaba oficialmente insoportable.

Me había convencido de acompañarlo a comprar ropa y simplemente parecía que no terminábamos más.

El gil entraba a cada una de las tiendas y no solo se probaba de todo, sino que a mí también me hacía probarme bocha de cosas. Aunque admito que sí me compré parte de la ropa que me probé.

Eran ya como las 8 y las tiendas estaban cerrando cuando recibí un mensaje de Mati, preguntándome cuando iba para allá.

—Che, ya me tengo que ir, me habló Mati. —informé, y divisé alivio en su rostro, no me quise preguntar por qué.

—Dale, nos vemos después. —se despidió.

De esa forma, me subí a mi auto y fui a casa.

Cuando llegué, tuve que bajar con todas las bolsas. Lo peor fue que el ascensor estaba roto, así que tuve que subir 7 pisos de escaleras.

Hasta que finalmente llegué a mi depa, completamente cansado.

Saqué la llave, la metí en el cerrojo y abrí. Retiré la llave, tomé las bolsas y finalmente entré.

—Ya llegué. —avisé, mientras cerraba con un pequeño caderazo la puerta.

Y cuando alcé la vista...

Mis ojos se cristalizaron.

Ahí estaba Matías, con una caja de pizza en mano, cuya pizza no sabía si era un par de tetas o un corazón. Estaba todo decorado con guirnaldas y, lo más importante, en la pared al lado de Mati habían luces de navidad pegadas con cinta de tal forma que se leía:

Serías mi novio?

Deje caer las bolsas al piso, de igual forma que dejé caer mis lágrimas. Mis ojos se centraron en Matías, mientras yo trataba de formular palabra alguna, pero todas estaban atascadas en mi garganta.

S.L.U.T. [Litcko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora