Capítulo 10

897 93 60
                                    

Pov. Ecko

El martes finalmente había llegado, y mientras manejaba hacia la casa de Lit, los recuerdos de lo que había pasado tras la fiesta llegaban a mi cabeza uno tras otro. 

No podía evitar mirar el asiento de copiloto, recordando exactamente como se veía el perfil de Lit mientras me hablaba, o los sonrojos en su rostro en ciertos momentos.

Todo era extraño.

Especialmente Lit, y la relación que teníamos.

Sentía que, de algún modo, conocía a dos Lit diferentes; el que es mi mejor amigo, y con el que me había acostado hace un tiempo. Recordaba su mirada, la forma en que se comportaba y hablaba, completamente diferente a lo que había visto acá en mi auto.

Cuando finalmente llegué a su edificio, frené y suspiré, echándome hacia atrás.

Deje caer mis brazos a un costado, mirando fijamente al frente, mientras recordaba los besos que había compartido con Lit en este mismo asiento.

Mi mente vagaba, recordando cómo se sentía tocar su piel, la calidez, la sensación de sus labios sobre los míos, o sobre mi cuello. Me mire en el espejo retrovisor, observando la marca que me había dejado Mauro en esa zona. Y tenía el recuerdo de haberle dejado una igual, en una zona que no tenía tatuada.

Volví a suspirar.

Durante estos días, todo el tiempo recordaba lo que habíamos pasado acá en el auto, más de una vez había tenido que darme una ducha fría por no poder dejar de pensar en ello.

Me relamí los labios, tratando de calmarme.

Me bajé del auto, yendo hasta la puerta del edificio, donde toqué el timbre del departamento de Lit, sintiendo mis manos sudadas.

Esperé un poco, hasta que finalmente vi el ascensor abrirse, bajando Mauro del mismo, usando una remera, de esas holgadas que el siempre usa, color blanca, acompañada de unos jeans ajustados negros y unas zapatillas nike blancas y negras.

Era la primera vez que me fijaba en lo que estaba vistiendo.

Se acercó a la puerta y salió. Nos sonreímos, y me di cuenta de que no sabía cómo saludarlo.

Nos quedamos mirando, incómodamente.

—Hola... —saludé.

—Hola. —respondió, mordiéndose el labio inferior al ver mi mano extendida.

Hicimos el típico saludo de manos, pero apenas terminamos, Lit me jaló de la campera y me robó un beso.

—Vamos. —dijo, con una sonrisa divertida, rodeándome y subiendo al auto.

Me relamí los labios, sonriendo como un bobo. 

Subí al auto y arranqué una vez que los dos teníamos lo cinturones de seguridad puestos.

—Traje facturas, ¿Tu mamá puede comer eso? —pregunté, tratando de no mirarlo de reojo.

Me sentía más tranquilo que antes, era como si el beso de antes me hubiera quitado toda la ansiedad que cargaba.

—Por suerte si puede, ¿Trajiste de dulce de leche?

—Obvio, lindo, ¿Qué te crees? —respondí, sin percatarme del apodo— Tengo buena memoria. —agregué. Sabía bien que las facturas con dulce de leche eran sus favoritas.

Algunas cosas, por suerte, no cambiaban.

Noté sus mejillas sonrosadas, e inevitablemente sonreí.

S.L.U.T. [Litcko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora