Capítulo 4

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Pov. Matías

―Cerra el orto y apurate. ―pedí, con un suspiro, virando los ojos.

―Bueno, la concha de tu madre. Ni para dar consejos de ropa servís. ―se quejó Mateo, tomando sus llaves para finalmente salir de su casa.

―Mira que estoy a tiempo de arrepentirme de llevarte. ―advertí, sacándole la alarma al coche y observándolo después ir corriendo al asiento de copiloto.

Reí, entrando igual al auto y poniéndome el cinturón antes de manejar hacia la casa de Daniel.

―¿Sabes bien quienes van? ―pregunté curioso poco después de arrancar.

―Mmh, van Manu, Ivo, Joaco, el Duko, Londra, Valen, Lit, Nacho, Dam, creo que también van Agus y Nicole ―me respondió―. Dani no va. ―bromeó.

―Debería tirarte del auto por hacer un chiste tan malo. ―el rio, y yo me quedé pensando en que me iba a topar con Mauro, lo cual de todas formas era esperable.

En el tiempo que no hablamos había pensado mucho en el tema, y había llegado a la conclusión de que Lit tenía razón, él podía hacer lo que quisiera, y no tenía la obligación de contarme nada.

Pero saberlo y que no doliera eran cuestiones totalmente diferentes.

Más aún me preguntaba cómo había llegado a eso, porque podía entender que se acostara con quien quisiera, pero ¿Por dinero? Eso era lo que me resultaba extraño, y, si no estaba muy enojado conmigo, quería tratar de que me contara.

―Estoy nervioso. ―dijo repentinamente Mateo, a lo que enarqué una ceja.

―¿Por qué? ―pregunté, curioso, ¿Tenía razones el para estar nervioso?

―Va a estar Valen y... No sé, últimamente cuando estamos juntos las cosas se tornan raras. No incómodas, pero raras. Onda, agh, no sé porque te lo digo a vos y no a Manu. ―enarqué una ceja.

―Porque querés que te lo diga directo y sin rodeos, cosa que Manuel no va a hacer ―respondí, recibiendo una mirada confusa del menor. Estacioné a una cuadra de lo de Dani, apagando el motor―. Te gusta Valentín, y a él le gustas vos. Son más gays que La Faraona y Pablo Agustín juntos, ya por favor bésense de una vez. ―dije simplemente, bajándome del auto.

Mateo tardó un poco más en bajar, pero lo notaba completamente confundido, y era como si quisiera contradecirme pero no le salieran las palabras.

Le puse alarma al auto y le palmeé el hombro suavemente, haciéndolo caminar a mi lado hasta lo de Daniel.

―Te conviene hablar con Manu antes de ir con Valen. ―le aconseje, pero nos detuvo a medio camino.

―Yo no le gusto a Valen ―dijo, completamente seguro, a lo que enarqué una ceja. Al menos no negó que le gustaba Valen, pero probablemente no se había dado cuenta de ello―. Es obvio que le gusta Lit.

Solté una risa.

―Es obvio que no le gusta Lit. ―respondí, a lo que él viro los ojos.

―Es obvio que si, se acuestan todo el rato. ―suspiró, agachando la mirada.

―¿Desde cuando tener sexo con alguien significa que te gusta? ―cuestioné, a lo que se mostró sorprendido― Por favor, seguro te acostaste con alguna persona sin sentir nada por él o ella. ―comenté.

―Bueno, si... ―concedió― Pero no tantas veces seguidas ―hizo una mueca, pero después aflojo―. Aunque Lit es bastante bueno, así que...

Casi me atraganté.

―¿Te acostaste con...? ―pregunté perplejo, y él se ruborizó. No sabía que me sorprendía más, que Lit se hubiera acostado con Mateo o que Mateo ya hubiera tenido una experiencia gay― Pensé que no aceptabas ser gay. ―admití, observándolo ruborizarse más.

S.L.U.T. [Litcko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora