Extra I

896 75 14
                                    

[Advertencia: este extra es Trueno x Lit Killah, de no gustarte la pareja, no es necesario leer, este extra solo complementa la historia, como otros próximos que habrán.]


Pov. Mateo

Me relamí los labios, tratando de pensar si realmente era buena idea lo que iba a hacer.

Probablemente no.

—¿Entonces qué pasa? —me preguntó Mauro, después de que llegáramos a una de las habitaciones del Duko, ya que la fiesta era en su casa.

Presioné los labios, tratando de formular lo que quería, pero las palabras no salían, una parte de mí se resistía a lo que ya había decidido hacer.

—Yo... —hice una mueca, apretando los puños por no poder decirlo.

—¿Querés repetirlo? —preguntó Lit, y solo pude alzar la mirada y asentir, observando su sonrisa comprensiva.

Ya me había acostado una vez con Mauro, luego de la God Level, tras haberme enojado por algo relativamente estúpido, simplemente me lo había encontrado, y antes de darme cuenta, estábamos en la cama del hotel, teniendo sexo.

Fue mi primera y hasta ahora única experiencia gay.

Y me había gustado. Y no había podido dejar de darle vueltas al asunto.

Yo me consideraba completamente hetero, pero eso me hizo empezar a dudar.

Y necesitaba confirmarlo de alguna forma, pero no quería que nadie más se enterara, entonces, ¿Por qué no con Lit?

—Muy bien. —sonrió, acercándose a mí. Retuve el aire.

Pero siguió de largo hasta la puerta, cerrándola con pestillo.

—Pero tenes que relajarte.

Tras decir eso, se acercó a mí desde atrás, mimando mi espalda, subiendo sus manos por mis hombros, masajeando con suavidad.

—Yo me hago cargo de todo... —susurró contra mi nuca, a lo que pude sentir su cálido aliento chocar contra esta.

Sentí sus labios posarse sobre mi cuello, repartiendo pequeños besos.

Entre eso y los masajes, poco a poco mis músculos se destensaron, y mis ojos se cerraron.

Cuando los abrí, Lit estaba en frente mío, a tan solo centímetros.

Sujetó suavemente mi nuca y se acercó lentamente, hasta que nuestros labios se juntaron en un beso calmado, completamente contrarios a los que tuvimos la primera vez que nos acostamos.

Todo era diferente.

Yo en especial.

Mis manos viajaron hasta su cintura, sujetando con suavidad, dedicándome a mimar la zona.

Sus manos, en cambio, descendieron por mi pecho y torso, hasta llegar al borde de mi remera.

Rompió el beso y lo ayude a quitarme la playera.

Y apenas lo consiguió, volvimos a besarnos.

Me di cuenta de que realmente me gustaba besar a Mauro. Se sentía bien. Como un placer prohibido.

Y era relajante, agradable, no sabría como explicarlo.

Tampoco sabría decir cuánto tiempo estuvimos besándonos, entre suaves mimos, como si ambos necesitaramos de cariño.

Sus labios viajaron con cuidado por mi mandíbula hasta mi oído.

—Hasta la luna, ida y vuelta... —susurró, y pude sentir nuevamente su cálido aliento contra mi oído.

S.L.U.T. [Litcko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora