Capítulo 14

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— ¿Te estás vengando, verdad? —preguntó tirada en la colchoneta jadeando.

—No, solo obedezco órdenes.

—Si claro, eso te calma al dormir—se sentó y suspiró —. No lo lograré, soy demasiado torpe, ni siquiera puedo hacerte tambalear, ¿Cómo lo haré con ese chico? —Héctor le ofreció su mano para que se levantara. Sofía la aceptó y se puso de pie exhausta.

El día había empezado muy mal, actuó de una manera que no acostumbraba, y ahora estaba metida en un problema físico... si, iba a ser aniquilada a golpes.

—Eso debiste pensarlo antes de abrir la boca—respondió el muchacho seriamente. Sofía nuevamente suspiró. La otra cosa estúpida e inmadura que había hecho, era haberse peleado con Héctor, ¿Qué había hecho él en primer lugar?, nada, solo trató de ayudarla, simplemente se alteró por sus palabras, que en una parte eran verdad, pero por otra muy crueles. Así que no sabía cómo actuar frente a él en ese momento. Decidió quedarse en silencio, solo porque Lucas le advirtió que ya no estuviera peleando con Héctor.

Después de salir gritando e irse a su habitación, Lucas llegó con la solución al problema, y esa se llamaba Héctor Chaura. ¿Lo pueden creer?, después de ese embrollo, el muchachito había accedido ayudarla —más bien a enseñarle —, a pelear. Lucas se excusó de estar muy ocupado. Si no fuera por esa promesa de ser sinceros el uno con el otro, Sofía no le hubiera creído.

Y allí estaba, frente a ese muchacho adolorida y cansada. Ni siquiera la tocaba o ejercía toda su fuerza sobre ella y ya no podía más, no sabía cómo actuar. Héctor esperó a que le respondiera, pero ella no dijo nada.

— ¿No dijiste que sabías defensa personal?

—Sí, pero... solo fui a unas pocas clases... de allí... papá comenzó a enseñarme, pero... no era muy bueno—dudó al decirlo. No quería entrar en más detalles. Héctor captó el mensaje, y asintió.

—Pero cuando te escapaste, más bien, trataste de escapar... lo hiciste muy bien.

—Soy buena escapando—afirmó con algo de orgullo y media sonrisa en su rostro. Héctor nuevamente asintió, con la misma seriedad de siempre.

—Está bien, lo más probable es que Fuentes ataque, comencemos con eso, es demasiado predecible en sus movimientos, así que debes fijarte en eso—Sofía asintió—, ponte en guardia. Te atacaré, has cualquier movimiento que recuerdes de tus clases.

—Yap...—respondió nerviosa. Se puso recta y esperó. Héctor caminó a ella, la tomó de los hombros.

— ¿Sabes que hacer ahora? —Sofía respiró nerviosa. Comenzó a recordar claramente lo que tenía que hacer.

—Sí, esto...—tragó saliva— te agarro de los hombros, paso mi pierna por detrás de la tuya, te boto, y te piso la cara con el pie—Héctor aguantó un risa.

—Algo básico, pero servirá... no me pises la cara de verdad—ella puso los ojos en blanco al ver la cara sería del muchacho —Bien —se alejó y caminó a ella. En un movimiento rápido la tomó de los hombros esperando su ataque, pero la chica no reaccionó, la tiró a la colchoneta como un saco de papas. Sofía quedó con los brazos abiertos — ¿Qué pasó? —le preguntó un poco molesto.

—Me congelé—Héctor fue donde ella a ayudarla, pero no se imaginó que Sofía levantaría sus pies y lo empujaría lejos de ella, tirándolo al suelo. La chica se puso de pie segura—. Pero me acordé de esto. ¡Sigamos! —chilló emocionada. Héctor asintió y se puso de pie, cada día la encontraba más rara.

***

Lucas miraba como Sofía se quejaba del dolor. El entrenamiento con Héctor había servido de mucho. Gracias a su facilidad para aprender, no le costó mucho dominar los ataques básicos que necesitaba, además, con el temperamento de ese chico, tuvo que obligarse a ella misma hacerlo bien, o sino, nunca saldría de ese maldito gimnasio, o por lo menos eso le dijo Héctor serio, como siempre.

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