Capítulo 15

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¿Qué le estaba pasando, que significaba lo que le acababa de ocurrir?, ¿Se estaba volviendo loca?, negó con la cabeza, no podía ser eso. Entonces, ¿Qué?, lo que la Carmesí le dijo la paralizó por completo, ¿Cómo que no era la forma?, trató de aguantar las ganas de gritar, ¿Por qué todo era tan complicado?, ¿Por qué no simplemente le dijo cómo hablar?, ¿tan difícil era?, Sofía estaba en un mar de preguntas que no tenían respuestas. Cerró los ojos y se calmó, no iba a resolver nada alterándose o temiendo que en cualquier momento pudiera transformarse sin motivo aparente. No era agradable esa sensación de ahogo y agonía, era un dolor indescriptible, no tanto físico, pero si mental. Héctor la miraba realmente preocupado. El hecho de transformarse de la nada era alarmante, pero más le molestaba si decírselo a su padre o quedarse en silencio.

Si hubiera sido el mismo chico de hace unas semanas atrás, no dudaría en hacerlo, pero ahora era distinto. Aprendió a conocerla, aunque sea un poco, pero la conocía lo suficiente para saber que el hecho de ser un Carmesí era complicado.

Sofía estaba recostada en su cama totalmente pálida, y sin muchas fuerzas.

— ¿Necesitas algo? —preguntó calmadamente. Sofía lo miró y aguantó las ganas de llorar.

—Quiero a Lucas, por favor, dile que venga—Héctor se tensó un momento y asintió.

No necesitó salir para encontrarse con Lucas. Él había entrado a la habitación agitado y al verla relativamente bien, se calmó. Caminó a ella y se sentó en la cama abrazándola. Sofía seguía temblando. Lucas dirigió la mirada a Héctor.

—Gracias, pero necesitamos hablar... solos—Héctor asintió y caminó a la salida—Héctor—lo detuvo Lucas, el muchacho lo miró—, no le vayas con el cuento a Chaura, es una orden—Héctor se tensó y lo miró seriamente. Algo le daba mala espina y un poco de molestia apareció en su mirada.

—Sí, capitán—respondió saliendo de la habitación.

— ¿Qué pasó Sofía? —preguntó Lucas apenas sintió que el muchacho se iba. Se alejó de la chica para mirarla a los ojos.

—No se... ella—tragó saliva—me controló—Lucas frunció el ceño—. Pensé que yo... que yo había sido quien había peleado... pero no... yo no fui, ella fue—el chico se tensó y sostuvo las manos de la muchacha fuertemente—. En un principio, sentí algo raro, como que mi cuerpo se había movido solo. Después sentí ese maldito escalofrío por la espalda y ya no podía respirar. Ella, apareció frente a mí y me dijo, que esa no era la forma correcta para comunicarme con ella... que debía buscar la real forma... no le entendí.

—Significa que no sacas nada arriesgándote con los experimentos de Pablo—concluyó Lucas seriamente— ¿Por qué no es clara?, nos ahorraría problemas—se quejó molesto. Sofía asintió, ella pensaba lo mismo. La muchacha desvió la mirada hacia otra parte. Algo debía haber, algo que no haya visto, una pista, cualquier cosa, comenzó a recordar cada detalle, de las dos veces que la vio... esperen, el sueño, ¿pero eso contaba?, negó con la cabeza, ya se había confundido —. Sofía—interrumpió Lucas sus pensamientos—, ¿Y si yo trato de hablar con ella? —le propuso con un poco de temor en sus voz. Sofía palideció más de lo que estaba, volvió a mirarlo.

— ¿Y si pasa lo mismo de la otra vez?, tal vez te transformes... es... peligroso. Por lo menos sé que si me transformo tu estarás allí, cuidando a los demás, pero si los dos lo hacemos...

—Ella te dijo que no haría más daño...

Sofía asintió, era cierto. Era peligroso, pero necesitaba saber, solo necesitaba saber que era lo que le pasaba con su otra Carmesí.

—Hagámoslo... pero con cuidado—Lucas suspiró.

—Bien, será difícil, pero confía en mí, yo arreglaré todo. Ahora descansa, fue un día duro—Lucas se puso de pie y le dio un beso en la frente y esbozó una sonrisa preocupada. Sofía movía sus manos nerviosamente, aun batallando con sus demonios internos. Ahora todo se complicaba más y más, y ella... ya no sabía cómo reaccionar.

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