«Lo que ellos me robaron nunca será devuelto...»• • •
Cuándo era pequeña y le preguntaba a mi hermana sobre el amor, ella me respondía que existían varios tipos y lo único que yo podía hacer ante ellos era saber como diferenciarlos.
Ahora sé que sentía amor por Sofi, el mismo amor que sentía por Yefri y el peli azul.., el mismo amor que sentía por Adel.
Pero también me he dado cuenta que el amor que sentía por Eiden era diferente, tenía una pizca de algo completamente desconocido para mí.Sabía que no podía dejar que aquel niño me matará, de la misma forma en que sabía que no podía dejar que le hiciera daño a Eiden, que seguía inconsciente a mi lado.
Y aunque las piernas me temblaran y me fallaran, aunque mi piel estaba pálida del miedo que sentía.., más fuertes eran las ganas de vivir.
El niño movió la tijera entre sus dedos, era abilidoso con ella. Luego la tiró hacía mí con fuerza y puntería.
Suerte, fue suerte el haberla esquivado y que tan solo me fuese rasguñado la mejilla y cortado un mechón de cabello.
Miré hacía Eiden, seguía inconsciente y la tijera había caído justamente al lado de su cabeza. Entonces lo entendí, el objetivo era matarlo.
Esto no se trataba solo de mí.
Miré al niño frente a mí y después miré la tijera, ¿Que haría? De un movimiento rápido decidí estirarme para agarrar el objeto que estaba clavada en la tierra, pero al agarrarla sentí la mano fría de él encima de la mía.
Levanté mi mirada lentamente, con miedo de verlo.
Los dos hoyos negros estaban puestos en mi rostro y sus labios cocidos se estiraban mostrando una sonrisa forzada que me hizo sentir escalofríos.
Se colocó de cuclillas para estar a mi nivel y con su mano libre señaló su boca y luego señalo la mía, indicando que planeaba coserla también.
Intenté quitar mi mano, pero él no deshacía el agarré, acercando su rostro al mío, lentamente, como si fuese consciente del miedo que transmitía. Y lo disfrutaba.
Cuándo estuvo a solo unos centímetros de mi rostro sacó el hilo y movió las tijeras, sujetando con más fuerza mi mano, dejándome sin escape.
Noté que la tijera iba directo a mis ojos y actúe por inercia, con mi otra mano libre lo empujé a poca distancia de mí, pero lo suficiente para ponerme en pie y hacer lo posible para defenderme.
Observé esos oscuros hoyos negros que me causaban tanto escalofrío, él agrando su sonrisa. Cada extremo llegaba hasta los lados donde deberían de ir sus ojos.
Parecía divertirse con la situación.
Cuándo creí que se acercaría a mí me moví tratando de esquivarlo, sin embargo, él núnca se acercó, supo hacerme daño desde donde estaba.
Grité de dolor al sentir el filo clavado en mi muslo izquierdo. Mierda, esto no estaba bien.
Entonces el niño aprovechó esa oportunidad para tirarse hacía mí, haciéndonos caer a ambos en la tierra.
Forcejie con él todo lo posible y traté de olvidarme del dolor que sentía en mi pierna y también de que tenía la mitad de una tijera clavada en ella. Su cuerpo era pequeño, pero era fuerte y no me sorprendía porque aunque tuviese figura de niño era un demonio.
Su piel estaba fría, recordándome que él estaba muerto y que nada de lo que hiciera le iba a hacer daño.
¿Iba a morir aquí?
Cuándo sacó su aguja me asusté y entonces recordé la tijera que tenía clavada en mi pierna.
Con toda la fuerza que pude reunir lo empujé lejos de mí y saqué la tijera que estaba clavada en mi muslo, no pude evitar gritar de dolor, pero tenía que actuar rápido, el niño otra vez se iba a abalanzar contra mí.Hice lo único que se me ocurrió; Coloqué la tijera verticalmente en mi abdomen con los filos abiertos apuntando hacía él.
Entonces llegó a mí y respiré hondo esperando lo peor, pero pude notar que mi pequeño plan había funcionado.., los filos de la tijera transpasaron la piel del niño llevándo como consecuencia una herida grave.
La sangre empezó a salir de su estomago y solté despavorida la tijera, para después dar varios pasos hacía atrás.
Sentía miedo, sí, mi cuerpo temblaba descontroladamente y no sentía mi pierna en lo absoluto. De mi rostro descendía sangre y mis manos estaban sucias de sangre de alguien más.
Miré el cuerpo inmóvil de aquel niño y me sorprendí al suponer que ellos no podían morir. A menos que...
—¿Qué...?—miré a mi lado.
Eiden estaba quejandose de sus heridas, abatido, como si no supiera donde se encontraba ni tampoco recordará lo que había pasado.
Pero a pesar del dolor que sentía en mi cuerpo...
—Estas bien...—murmuré sin ocultar mi sonrisa.
Sus ojos por fin me enfocaron y pareció haber recordado todo en un segundo. Se intentó levantar pero sus piernas fallaron y cayó estrepitosamente, lo intentó nuevamente y esta vez si pudo mantenerse en pie.
Se acercó a mí a paso rápido.
Recuerdo que su ceño estaba fruncido, preocupado.
—...Arcadia—escuché
Y cuándo por fin llego a mí, mi cuerpo no lo soporto más y caí en tierra.
—¿Arcadia? ¡Arcadia! ¡Arcadia!—escuché a lo lejos.
Y cada vez mi consciencia se iba perdiendo hasta que todo se volvió negro.
¿Y Yefri..? ¿Y Nestor? ¿Qué hay de ellos?
¿Sigo con vida?
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MIL DEMONIOS ©
Paranormal"Los monstruos son reales, los fantasmas son reales también, viven dentro de nosotros y a veces, ellos ganan" -Stephen king Esas simples palabras pueden describir toda mi maldita vida. | TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. | HISTORIA COMPLETAMENTE MIA. |...