«Fue un susto, quizás el último de todos»• • •
¿En que pensaba cuando acepte venir a la casa de una extraña?
Eiden encendió el auto y aceleró lo más rápido que pudo.
—Mierda, ¡Acelera Eiden!—gritó Yefri.
Teníamos que salir de las colinas. Era un largo camino, pero si seguíamos con la velocidad que teníamos no tardaríamos tanto.
—Esto... Esto no es normal, esto es una pesadilla...—escuché murmurar al peli azul.
Eiden no apartaba la mirada del camino, nervioso. No obstante, eso no lo detuvo al hablar, ni siquiera se noto en su voz firme.
—Mantengamos la calma, no dejemos que esto nos altere.
—¿Qué no nos altere? ¡Casi me cose como un maldito muñeco de felpa!—gritó Yefri, recordando lo sucedido.
—Pero Nestor que seguía a tu lado te logró empujar, a eso me refiero, si seguimos al lado del otro nada sucederá—aclaró—... O eso espero.
—Mierda, Eiden. Eso no fue fácil, estaba aterrado...—informó el peli azul con su mirada pérdida.
—Sé que no fue fácil. Así que... Si algo sucede nuevamente y nos separan.., entonces, Nestor, irás con Yefri.
—¿Que? ¡Amigo! ¿Qué supones?—preguntó Yefri.
—¡Estas loco! ¡¿Cómo qué si ocurre nuevamente?! ¡Esto no ocurrirá más!—gritó despavorido el peli azul.
—¡Estamos metidos en esto por completo!—gritó Eiden que, por primera vez, parecía enojado—¿Qué es lo qué no entienden? Ahora somos un blanco, nos quieren matar, ¿Entienden?, ¡Nos quieren matar!.. Lo único que podemos hacer para conservarnos con vida es esto.
Todo el auto quedo en completo silencio después de haber escuchado a Eiden.
Tenía un nudo en la garganta que quería soltar lo más antes posible. No soportaba el peso que llevaba cargando toda mi vida. No soportaba la culpa, la soledad, el odio, el rencor.., ya no lo soportaba.
—Lo siento...—susurré—, lo siento mucho...
Aunque tratará de guardar mi dolor, no podía, ya no lo soportaba. Mis lágrimas comenzaron a descender en un llanto silencioso. Mi mirada estaba puesta a través de la ventanilla, odiaba sentirme así. Ni siquiera podía mirar a alguno de los chicos, no era capaz.
—...Nos quejamos porque nos aterra todo lo que esta pasando... Pero, Cade, núnca me quejaría de haberte conocido.
Cerré los ojos con fuerza al escuchar las palabras del peli azul.
—Sí, yo estoy de acuerdo con él. Digo, es un estúpido pero en eso tiene razón—reí al escuchar a Yefri—... Esto es una mierda, cierto, pero tú eres nuestra amiga, y cuando los amigos
estan en una situación difícil no estan primero, estan al lado.—Increíble, eso fue lo más inteligente que te he escuchado decir—el comentario de Eiden hizo que Yefri refunfuñara.
El auto en un segundo estaba envuelto entre risas y por ese mismo segundo que según el tiempo no equivalía mucho, sentí que valía más de un millón que horas y que tardaba más de milenios, porque me había hecho olvidar de algo que me atormentaba con la mejor medicina para el dolor, las carcajadas verdaderas.
Sentí como mi mano era sujetada por otra, entrelazando nuestros dedos. Miré a Eiden que seguía con la vista en el camino y su otra mano al volante.
—¿Ves?—en su rostro apareció una leve sonrisa—No estas sola. Y si es el peso de todo el dolor lo que te molesta, entonces déjanos cargar una parte.
Sonreí entre las lágrimas, por fin, por fin tenía a personas que estan para quedarse, porque querían quedarse.
Sin embargo, la felicidad no duro mucho.
Sentí como la camioneta hacía movimientos bruscos y note como Eiden trataba de controlarla con sus dos manos al volante. Ví como salíamos del camino y sentí cuándo mi cuerpo fue elevado alejándolo del asiento. Escuché los gritos llenos de horror de parte de los chicos. Luego llegó el fuerte golpe que indicaba que estabamos en tierra y después.., nada.
(...)
Me desperté con un fuerte dolor de cabeza y un insistente pitido en el oído derecho.
Mi cuerpo dolía, pero aun así tenía que levantarme. Al hacerlo intenté caminar notando que mi pierna izquierda me fallaba.
Miré hacía todos lados buscando a alguno de los chicos, tratando de encontrarlos. Ví la camioneta que estaba a un metro de mí, destrozada.
Caminé lo más rápido que pude hasta ella para después buscar alrededor con la mirada, fue entonces cuando ví a Eiden.
Corrí hasta él ignorando el dolor en mi pierna y en el resto de mi cuerpo, como consecuencia de ello mi pierna falló haciéndome caer de rodillas a su lado en la tierra.
Lo detalle allí tirado, inconsciente. Tenía una abertura en su brazo, una cortada pequeña que no le debería de afectar. Su labio estaba roto y en su frente había una cortada que parecía hecha por el choque con el vidrio.
Intenté despertarlo, pero no funcionaba. Lo iba a intentar de nuevo, pero entonces escuché como los filos de las tijeras chocaban entre sí y mi mirada se desvió al niño que se acercaba contento de haberme encontrado.
Me aterre al escuchar el último choque de los filos de las tijeras.
Sabía lo que significaba, me había encontrado, y ahora cumpliría con su cometido hacía otra víctima.
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MIL DEMONIOS ©
Paranormal"Los monstruos son reales, los fantasmas son reales también, viven dentro de nosotros y a veces, ellos ganan" -Stephen king Esas simples palabras pueden describir toda mi maldita vida. | TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. | HISTORIA COMPLETAMENTE MIA. |...