—Hola Sesos de Alga, que bueno que llegaste temprano —le saludo Annabeth en la cocina al verlo entrar.
—Hola... Listilla —respondió yendo hasta ella.
Percy la abrazo por la espalda mientras ella continuaba cocinando.
—Te extrañe mucho —susurro dándole un beso en la mejilla.
—Yo también te extraño todo el tiempo —respondió Annabeth girando para poder besarlo.
—¿De verdad? —pregunto con anhelo.
—Si —respondió observando sus brillantes ojos ver mar—, no sé porque lo dudas.
—No lo dudo, pero quería escucharlo —sonrió—. Me gusta escuchar eso de tus labios.
—Pues si tanto te gusta, te lo diré todos los días —tomo su rostro entre sus manos—. Te extraño, quiero que todo el tiempo estés conmigo. Te amo más que a nada en este mundo.
Annabeth lo beso dulcemente.
—Y si dejamos la cena para después —pregunto con un brillo pícaro en sus ojos.
—Dejar de lado mi exquisita cena —medito— y... ¿qué me ofreces a cambio por hacer ese horrible sacrificio?
Él sonrió.
—Te ofrezco toda una noche de pasión garantizada, te prometo hacerte conocer el verdadero placer divino —prometió comenzando a besar la curvatura de su cuello.
—El placer divino hee —murmuró riendo—. Estaba segura de que me dirías otra cosa, pero referente a ello el placer divino ya me lo hiciste conocer.
—Pero... no como... hoy te lo aseguró —dijo entre sus besos.
[***]
—Eres tan hermosa, me encantas —sonrió—, quisiera no dejarte de hacer el amor nunca.
Annabeth se rio.
—Tú también me encantas —dijo abrazando su cuello—, pero acaso quieres matarme —le reprendió—. Así que ya déjame dormir... estoy muy cansada.
—Solo déjame sentirte una vez más —suplico—. Por favor, creo que me volví adicto a ti.
—Eso es lo más profundo que has dicho en mucho tiempo —dijo mirándolo a los ojos con extrañeza—. Es... lindo saberlo... me haces sentir especial.
—Eres especial y siempre lo has sido, por eso me gustas.
[***]
La luz de las estrellas brillaba intensamente cuando la puerta del departamento se abrió.
Un hombre entro y camino por la sala dejando sus cosas en un sillón se dirigió hasta la habitación al llegar abrió la puerta, camino hasta la cama y sonrió al ver a la rubia ya dormida.
Se desvistió y entro a la ducha al salir se puso un pantalón de pijama y se dirijo hasta la cama.
—¿Y esto? —murmuró al encontrar una hermosa rosa negra sobre su almohada, justo al lado de Annabeth.
Tomo la rosa y sin darle más importancia la puso junto a la mesita de noche. Entonces beso suavemente el cabello de su esposa y se metió en la cama abrazándola contra él.
—Lo siento por llegar tan tarde—le susurro antes de dormirse—. Te amo Listilla.

ESTÁS LEYENDO
𝓡𝓞𝓢𝓐𝓢 𝓟𝓐𝓡𝓐 𝓐𝓝𝓝𝓐𝓑𝓔𝓣𝓗
FanfictionA partir de una peculiar mañana Annabeth comienza a encontrar una rosa roja en su cama todos los días. ¿Quién será aquella misteriosa persona que le deja las rosas? ¿Qué pasara cuando Annabeth lo descubra? ¿Qué consecuencias tendrá en su vida a caus...