Plantando Rosas

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—Entonces la bendición queda descartada.

—Totalmente —corroboro Annabeth—. No me gustaría tener que separarlas, pero creo que es lo mejor ahora solo necesitamos un lugar donde podamos ocultar a Atenea.

—Creo que se dé el lugar correcto para hacerlo —murmuró Poseidón.

—No estarás pensando llevarla ahí —le dijo Atenea al ver esa sonrisa misteriosa en su rostro.

—Por supuesto que sí, no hay mejor lugar para ocultarla que ese además ella estará totalmente protegida.

—¿De qué lugar hablan? —pregunto Percy— y porque tanto misterio sobre el.

—Estoy hablando de Rodas específicamente del lugar donde crecí.

—¿Donde creció? —dijo Annabeth—, pero no supone que usted fue devorado al nacer por Cronos al igual que sus hermanos.

—Odio ese falso mito —murmuró Poseidón—. A Zeus le gusta que todos piensen que él fue el único al que Cronos no devoró, pero eso es mentira.

—Una vez leí un mito que mencionaba que usted fue salvado por su madre y llevado a Rodas al nacer, Rea quería que usted derrotará a Cronos —comento—, pero en este mito también decía que fue usted quien dio el golpe final que derrotó a Cronos ¿eso también es verdad?

Poseidón sonrió de la misma manera que Percy lo hacía cuando trataba de quitarle importancia a las cosas.

—No tengo ningún motivo para negar eso, me alegra saber que libere a todos del terrible dominio de mi padre.

—Si eso es verdad entonces usted debió ser el Rey de los dioses.

—Si, pero nunca me a gustado demasiado el poder, prefiero la libertad del mar a tener que lidiar con las banalidades de los demás dioses.

—Percy se parece más a usted de lo que todos creemos.

—Lo sé —dijo dándole una palmada en el hombro al semidios ojiverde— y por eso es mi hijo favorito.

[***Tiempo después***]

Fiel sus planes Percy y Annabeth se despidieron con pesar de sus hijas y entonces las mellizas fueron separadas para ser puestas a salvo, lejos de la guerra.

La feroz guerra que acaba de comenzar.

Aun en su inconsciencia los mortales comenzaron a notar que algo estaba pasando pues el clima había cambiado drásticamente parecía que la naturaleza había comenzado a luchar contra sí misma.

En el Olimpo las rivalidades estaban más que declaradas y los bandos poco a poco se fueron definiendo.

En el lado de Zeus luchaban Hera, Ares, Hermes, Nike, Hécate, Némesis y algunos dioses menores más.

Mientras que a favor de Poseidón se encontraban Atenea, Afrodita, Hades, Apolo, Artemisa y Deméter.

Y ahora por fin el final iba a comenzar. 

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