Unas cientos de rosas después...
100 años habían pasado desde aquella feroz guerra, aquella cruel batalla en la que una antigua profecía se cumplió.
100 años desde que la nueva era del conocimiento predominaba bajo la guía de Atenea diosa de la sabiduría y nueva Reina de los dioses.
100 pacíficos años en los que muchas cosas habían cambiado.
Como por ejemplo el consejo olímpico ya no era el mismo pues ahora eran 14 miembros ya que Hades y Hestia se habían integrado formando parte de el al ocupar los antiguos lugares que Zeus y Hera habían dejado al desvanecerse además de ellos se habían integrado Aty la nueva diosa del cielo y la más reciente miembro de los tres grandes junto a su melliza Sally la nueva diosa de la lealtad.
Ambas mellizas vivirían y se tendrían una a la otra por toda la eternidad justo como su padre se los había prometido.
[***]
─¿A dónde vamos? ─le pregunto Sally a su melliza.
─A un lugar muy especial, quiero mostrarte algo.
Ambas cambiaron por las ajetreadas calles de Nueva York hasta llegar a un tranquilo parque.
─No entiendo que es lo que quieres mostrarme ─dijo al ver la enorme sonrisa en el rostro de Aty.
─Observa hacia aquel árbol ─le dijo señalando un viejo árbol en el que se encontraba una pareja.
Sally observó a los jóvenes sonriese mutuamente mientras se abrazaba bajo la sombra de aquel árbol.
─Solo quería que conocieras a Peter y a Annabell ─dijo la ojiazul señalando al azabache y la rubia que se encontraban en la distancia.
─Ellos son... ─murmuró Sally sin poder terminar.
─Mamá y Papá ─le confirmo Aty con una cálida sonrisa.
─Después de tanto tiempo han vuelto para vivir la felicidad que no pudieron ─comprendió la azabache.
─Si ─tomo la mano de su melliza─. Y ahora nuestro deber es asegurarnos de que esa felicidad dure por el resto de sus vidas, se los debemos después de todo lo que sufrieron por protegernos.
─Si y juntas lo haremos.
Las chicas caminaron hacia aquellos adolescentes que sin saberlo habían sido sus padres en la otra vida.
Para formar una amistad que les daría la familia que la guerra les negó y que ahora el destino les daba la oportunidad de tener.
─Hola soy Aty y ella es mi hermana Sally, podemos sentarnos con ustedes.
─Claro ─contesto la rubia ojigris─. Él es Peter y yo soy Annabell, es un placer conocerlas.
Muchas gracias a todos los que se dieron la oportunidad de leer esta historia.
Gracias por sus comentarios y votos.
Y sobre todo gracias por creer y confiar en mis extrañas ideas.
Atte: SophFrikk
ESTÁS LEYENDO
𝓡𝓞𝓢𝓐𝓢 𝓟𝓐𝓡𝓐 𝓐𝓝𝓝𝓐𝓑𝓔𝓣𝓗
FanfictionA partir de una peculiar mañana Annabeth comienza a encontrar una rosa roja en su cama todos los días. ¿Quién será aquella misteriosa persona que le deja las rosas? ¿Qué pasara cuando Annabeth lo descubra? ¿Qué consecuencias tendrá en su vida a caus...