Annabeth despertó sobre el pecho desnudo de Percy.
Justo la tarde anterior ambos se habían comprometido y después de eso ellos habían pasado su primera noche juntos.
Se abrazo a él disfrutando de la sensación de calidez que desprendía su cuerpo junto al suyo.
Observo lo tranquilo que dormía, su rostro estaba tan pacifico, entonces ella se permitió admirar sus perfectas facciones, tenía unas espesas y profundas pestañas que enmarcaban esos ojos verde mar que tanto le gustaban y sus labios eran simplemente perfectos. Y por un momento recordó la primera vez que lo vio dormir casi 7 años atrás.
Él había cambiado tanto. Ya no babeaba mientras dormía.
—Hola Listilla —susurro con una enorme sonrisa al despertar.
—Hola —respondió con voz suave y los ojos brillando al verlo—. No puedo creer que en verdad lo hicimos.
—Pues créelo —le pidió apartando algunos mechones rubios de su rostro—. Lo hicimos y fue maravilloso.
—Si que lo fue —admitió antes de besarlo. Y así pasaron un agradable rato entre besos y mimos hasta que Annabeth decidió que era hora de salir de la cama.
Annabeth enredo una sábana en su cuerpo y se puso de pie al momento de hacerlo su reflejo se cruzó contra el espejo y ella frunció el ceño ante su muy despeinado cabello.
—Mi cabello esta hecho un desastre —murmuró pasando las manos por el—, parezco una bruja.
—Si —Percy se rio— definitivamente lo pareces.
Annabeth volteo a mirarlo con una expresión entre asombro y molestia.
—Es enserio Sesos de Alga.
—Si, pareces una bruja —dijo sentándose en la cama—, pero eres la bruja más bonita que había visto.
—Te salvaste —sonrió—. Estuve a punto de golpearte, pero admito que lo que dijiste fue lindo.
—Yo soy lindo —dijo Percy señalándose—. Tienes mucha suerte de tenerme.
—Lo sé, pero no seas presumido —dijo lanzándole un cojín antes de entrar al baño.
Entro al baño aun con una sonrisa en el rostro, se detuvo frente al lavabo y se observó en el espejo.
Por un momento se permitió rememorar los acontecimientos del día anterior. Todo había iniciado como un simple paseo para despejarse de sus ajetreadas vidas de universitarios en Nueva Roma. Ella jamás se imaginó Percy pretendiera pedirle matrimonio él realmente la había sorprendido al pedírselo, no es que Annabeth jamás hubiese pensado en esa posibilidad después de todo ella siempre había sido una chica de planes, pero Percy era distinto a ella, él era demasiado libre e independiente como para atarse a alguien, era como el mar demasiado libre y poderosos como para ser contenido.
Sonrió al pensar en su futuro con él.
Sonrió, sonrió y entonces su sonrisa desapareció.
Su sonrisa se borró al notar una rosa sobre el lavabo una rosa que claramente no estaba antes ahí.
Hacia tantos meses que no habían aparecido más rosas que ya se había olvidado de ellas, pero sin duda esa nueva rosa era como las anteriores con la única diferencia de que las otras estaban frescas y rebosantes de vida y esta estaba totalmente opaca y marchita.
Tomo la rosa con una de sus manos e inmediatamente la soltó al cortarse con las filosas espinas del tallo. Hizo una mueca de dolor y unas cuantas gotas de su sangre cayeron sobre el lavabo.
Las otras rosas no habían tenido espinas.
Annabeth observo la rosa seca manchada por algunas gotas de su sangre.
—¿Qué significa esto? —susurro en el silencio sin obtener ninguna respuesta.

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𝓡𝓞𝓢𝓐𝓢 𝓟𝓐𝓡𝓐 𝓐𝓝𝓝𝓐𝓑𝓔𝓣𝓗
FanfictionA partir de una peculiar mañana Annabeth comienza a encontrar una rosa roja en su cama todos los días. ¿Quién será aquella misteriosa persona que le deja las rosas? ¿Qué pasara cuando Annabeth lo descubra? ¿Qué consecuencias tendrá en su vida a caus...