—Llegaste temprano —comento Annabeth al verlo llegar.
—¿Qué estas haciendo? —pregunto viéndola empacar.
—¿Cómo qué?, ¿qué estoy haciendo? —pregunto— estoy empacando para nuestro viaje al campamento, no me digas que ya lo olvidaste otra vez. Dioses apenas tenemos un año de casados y ya olvidas todo —comento rodando los ojos.
—Lo siento —rió con nerviosismo—, es el THDA sabes que me distraigo con todo.
—Yo también tengo THDA y no vivo olvidando todo.
—Pero tú eres una hija de Atenea —se excusó—. Ya no te enojes conmigo —dijo dándole un beso.
—Es imposible no enojarse contigo —sonrió—, eres realmente desesperante.
Pasaron los minutos mientras él hacía comentarios absurdos tratando se distraerla mientras le robaba besos y ella lo esquivaba al tratar de terminar de empacar.
—Ya vasta, estamos desordenado todo —dijo riendo cuando termino recostada sobre la ropa de tenia en la cama.
—No importa —respondió capturando sus labios entre los suyos.
Sus besos poco a poco comenzaron a subir de intensidad. Annabeth lo empujo y se separó justo cuando él comenzaba a desabrochar los botones de su blusa
—Espera, deje una lasaña en el horno —ella se levantó—. No quiero que se incendie la cocina. Ahora vuelvo.
—No tardes preciosa —dijo soltando su mano.
Annabeth le sonrió para después salir de la habitación y dirigirse a la cocina. Al llegar saco la lasaña del horno y en ese momento escucho el sonido de su celular.
—¿A que estas jugando? —murmuró al ver que quien la llamaba era Percy—. Hola.
—Hola Listilla —dijo—, lo siento llegaré un poco tarde hoy.
—¿Qué? —murmuró Annabeth sorprendida.
—Tal vez llegue en una hora o dos. Hay un problema con unos hipocampos —explico—. Te amo Listilla nos vemos más tarde.
—S... si —dijo con la mirada fija en la puerta de su habitación—. Nos vemos más tarde... te amo.
Annabeth colgó la llamada aún demasiado desconcertada para asimilar la situación.
Percy acaba de llamarla para decirle que llegaría tarde, pero Percy ya había llegado y estaba en la habitación.
Tomo su teléfono nuevamente y marco el número de Jason.
—Hola Jason.
—Hola Annabeth.
—De casualidad no has visto a Percy es que... le marque y no me contesta —mintió.
—Si estaba aquí hace unos minutos, pero acaba de irse... menciono algo sobre un problema con unos hipocampos.
—Entonces debe estar algo ocupado... gracias, Jason.
—Si, hasta luego Annabeth.
—Hasta pronto —dijo Annabeth para después colgar.
Annabeth dejo su celular sobre la mesa, tomo un cuchillo, lo oculto tras ella y camino hasta la habitación.
Sus ojos grises brillaban con desconcierto mientras entraba a la habitación.
—Tardaste —dijo el falso Percy.
—¿Quién eres tú? —pregunto firmemente.
—Soy Percy —sonrió—, tu esposo, porque preguntas eso Listilla.
—No me llames así —dijo con enojo mientras le apuntaba con el cuchillo—. Tú no eres Percy, él acaba de llamarme... tu estas mintiendo, dime quién eres.
Annabeth lo amenazó con el cuchillo una vez más.
—Baja ese cuchillo, no puedes dañarme con el solo vas a lastimarte.
—¿Quién eres? —volvió a preguntar exigiendo una respuesta.
Él suspiro sabiendo que ya no podría seguir manteniendo el engaño entonces la poderosa niebla que había a su alrededor se desvaneció revelando su verdadera identidad.
—Z... Ze —trato de pronunciar Annabeth sin poder hacerlo. La ira y la impotencia brillaba en sus ojos grises.
—Si Annabeth —acepto—. Soy yo, Zeus.
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𝓡𝓞𝓢𝓐𝓢 𝓟𝓐𝓡𝓐 𝓐𝓝𝓝𝓐𝓑𝓔𝓣𝓗
FanfictionA partir de una peculiar mañana Annabeth comienza a encontrar una rosa roja en su cama todos los días. ¿Quién será aquella misteriosa persona que le deja las rosas? ¿Qué pasara cuando Annabeth lo descubra? ¿Qué consecuencias tendrá en su vida a caus...