[***6 MESES DESPUÉS***]
—Realmente me sorprende que haya desistido —comento Afrodita pensativa.
—La verdad a mí también, aun no me fío de padre.
—Ni siquiera después de lo que hizo Poseidón.
—¡Poseidón! —dijo sorprendida— ¿Qué fue lo que hizo ese Barba Percebe?
Afrodita rió por su peculiar forma de llamarlo.
—Bueno yo no quería que destruyera a mi Percabeth —expreso con un brillo en sus ojos multicolor— así que le informe todo lo que está sucediendo a Poseidón, desde las rosas hasta la negativa de Annabeth sobre la propuesta de nuestro egocéntrico Rey.
— Y ¿qué fue lo que paso?
—Pues obviamente a Poseidón no le agradó para nada lo que estaba haciendo su querido hermanito —comento mientras se miraba en su sagrado espejo—. Se molesto muchísimo al saber que Zeus quería quedarse con la novia a su hijo favorito —sonrió perversamente—, así que hablo con Zeus y le dijo sutilmente que dejara en paz a Annabeth y que no se metiera en su relación con Percy o él se vería en la obligación de declararle la guerra.
—¿De verdad él hizo eso? —pregunto incrédula— él defendió a Annabeth.
—Si, pero porque lo dudas.
—Es que me es difícil imaginar a Poseidón defendiendo a alguno de mis hijos, a él jamás le han agradado.
—Bueno, pero ten en cuenta que nunca alguno de tus hijos se había relacionado sentimentalmente con alguno de los de él. De verdad soy un genio encontrando parejas.
[***]
—¿A dónde me llevas Perseus? —pregunto tratando inútilmente de ver.
Annabeth se encontraba cansada después de haber estado todo el día de paseo con Percy.
—Tranquila ya casi llegamos.
Unos metros más y entonces Percy los detuvo a ambos, soltó la venda que cubría los ojos de Annabeth y se alejó un poco de ella.
—En donde ... —se detuvo cuando Percy le arrojo una manzana— ¿Qué haces?
—Bueno —sonrió— estoy tratando de ser tradicional.
—¿Tradicional? —susurró mirando la manzana roja es sus manos—. Arrojarle una manzana a una doncella en la antigua Grecia significaba una propuesta de matrimonio —recordó.
—Entonces que dices Listilla —pregunto arrodillándose frente a ella con una pequeña caja en las manos— ¿Te casarías conmigo? —abrió la cajita revelando un hermoso anillo—, sé que aun somos jóvenes, pero si algo he aprendido de ser semidiós es que hay que vivir y disfrutar de la vida al máximo mientras podamos.
Annabeth observo los brillantes ojos verde mar de Percy, esos ojos que siempre la habían visto con confianza y ahora la miraban con tanto amor.
—Si, si quiero —dijo arrojándose a sus brazos, provocando que ambos cayeran sobre la arena riendo como niños.
Después de unos minutos ambos se levantaron y entonces Percy coloco el anillo en el dedo anular de Annabeth.
—Te amo Listilla.
—Yo también te amo —le dijo tomando su rostro— y siempre quiero estar contigo.
Siempre.
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𝓡𝓞𝓢𝓐𝓢 𝓟𝓐𝓡𝓐 𝓐𝓝𝓝𝓐𝓑𝓔𝓣𝓗
FanficA partir de una peculiar mañana Annabeth comienza a encontrar una rosa roja en su cama todos los días. ¿Quién será aquella misteriosa persona que le deja las rosas? ¿Qué pasara cuando Annabeth lo descubra? ¿Qué consecuencias tendrá en su vida a caus...