Capítulo 35

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Estamos sentados en las sillas de la terraza deleitándonos con el sonido que hacen las gotas de lluvia golpeando en la ventana y chocando con las hojas de los árboles. Disfrutábamos de nuestras bebidas en silencio. La tranquilidad y la paz que me da cuando llueve me es indescriptible. Luna se refleja brillante sobre el mar agitado.

Me dio por romper el hielo, cerré mis ojos eleve un poco la cabeza e inhale el aire.

- Me gusta el olor a tierra mojada, y para ti ¿Cuál es la fragancia o el olor que más te guste?

- Me gusta el olor de la pólvora o de la gasolina-Dice tomando un sorbo de café.

- El olor a tierra mojada, la fragancia que suelta un libro nuevo y un buen perfume de chico...son los olores más satisfactorios para mi.

- ¿Que tal mi perfume? - suelta con una sonrisa ladeada. Me acerco a él y olfateo.

- Pasable-Digo sin más, restándole importancia. Él me mira con mala cara y me pellizcar.

- ¡Auch!, ¡agresivo! -Me quejo sobandome.

- Es broma, me encanta tú perfume. Es una de las cosas por las que salí contigo....eso... y tú auto- Digo sonriendo.

- Uhmmm, gra...cías-Responde inseguro.

Dejo mi taza de té en el suelo y me giro en su dirección.

- Me encantas tú- Hablo acercándome a él colocando mis manos en sus rodillas- Tus tatuajes, tú perfume y todo lo tuyo- Añado mirándole a los ojos con picardía diciendo la última frase. Al momento Kevin emboza una sonrisa pervertida.

- No me tientes que me estoy aguantando y después no respondo por mis actos-Advierte

- ¿Y si no quiero que te aguantes?-Le reto sin quitar la sonrisa maliciosa.

- Eva, estás jugando con fuego y te vas a terminar quemando-Advierte mirando a otro lado.

-  ¿Y si me quiero quemar?- Insisto.

- ¡Ay dios mío!- Suelta echando la cabeza hacia atrás llevándose la manos a la cara sofocado.

Sonrío con malicia y empiezo a acariciar su muslo dibujando pequeños 8 sobre el con mi mano derecha. Él baja su mirada hasta que conecta con la mía, cubre con una mano su boca y la otra la coloca a un lado de la silla. Paro de hacer círculos y voy deslizando mi mano hacia arriba por su muslo muy lentamente y siento cuando toma una larga bocanada de aire y lo retiene, cuando estoy apunto de llegar a su entrepierna captura mi mano impidiendo que continúe.

- ¡Para!-Exige, acercándose a mí hasta que nuestras caras quedan al mismo nivel. Veo que sus pupilas están dilatadas y su respiración es pesada.

- Respeto tu decisión de llegar virgen al matrimonio pero, no me tientes más de la cuenta- Dice tan cerca de mis labios que nuestras respiraciones chocan. Enarco una ceja retandole. ¿a ver quien aguanta más?

Le miro fijamente a los ojos y me muerdo coqueta mi labio inferior. Me mira con deseo. Me acerco a sus labios y sin tocarlos dejo que nuestras respiraciones acaricien nuestros labios, me desvío hacia su cuello y dejó algunos besos húmedos dibujando un camino imaginario hacia el lóbulo de su oreja, cuando llegó allí muerdo sensualmente el lóbulo de su oreja. Apartó la mirada para volver a conectar con sus ojos.

- ¿Que te parece mi propuesta?-Pregunto sonriente.

- Me parece que voy a tener que tomar otra ducha fría por tu culpa-Espeta entre dientes molesto, cerrando la puerta de la habitación con fuerza.

Me dejo caer en mi silla nuevamente, riendo. Tomo nuevamente mi taza de té y doy un sorbo tranquilamente. 

-Estoy satisfecha con mi jugada macabra-Digo con una risa malvada en mis labios doy un largo sorbo a mi taza de té y disfruto de la noche.

Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora