Capítulo 36

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Permanecemos recostados en la cama en silencio. Kevin boca arriba abrazándome con una mano, la otra sostiene su cabeza y yo, estoy acurrucada a su lado escuchando los latidos de su corazón y el sonido de su respiración tranquila. Mi cabeza descansa sobre su hombro mientras que con mi mano derecha dibujo pequeñas líneas imaginarias sobre su marcado abdomen.

- ¿Me contarás tu historia? - Pregunto elevando la mirada.

- ¿De verdad quieres que te la cuente?- Responde con otra pregunta evadiendo mi mirada. Asiento.

- Cuando tenía nueve años mis padres y yo íbamos en el coche desde Gengenbach hasta Offenburg para tomarnos unas vacaciones- Dice los lugares con acento Alemán.- Tuvimos un accidente, mis padres murieron y yo sobreviví. Sin familia cercana y sin tutor legal, me enviaron a un orfanato con solo nueve años- Suspira- Recuerdo que mi madre siempre me decía: "Sohn, unsere Familie ist klein, aber voller Liebe"- Habla con acento Alemán al instante se le dibuja una sonrisa en los labios.

«Hijo, nuestra familia es pequeña pero llena de amor»

- ¿Sabes cuál fue mi regalo de bienvenida?-Pregunta mirándome. Niego. - Una paliza, que me dejó tres días en el hospital. En fin, pasaron los años y yo aún seguía en el orfanato. Me volví un chico rebelde que odia la vida, me canse de que me golpearan chicos mayores que yo y empecé a golpearles yo. Algunas familias me adoptaron, pero no todos eran tan buenos como aparentaban- Concluye con tristeza, de un momento a otro siento como sus músculos se contraen y su mandíbula se tensa- Hubo una familia que me marcó de por vida. Eran una pareja que rondaban los cincuenta años, cuando les conocí por primera vez parecían muy amigables y claro yo con trece años no era tan desconfiado como lo soy ahora- Exhala y continua hablando.

- El caso fue, que a la semana de llegar a su casa el hombre por las noches se colaba en mi habitación y mientras yo dormía él se masturbaba, hubo un día que fingí estar dormido, el se coló en mi habitación he intentó abusar de mí- Suelta apretando los dientes- Decidí hacer hasta lo imposible para que me devolvieran al orfanato. Y así fue, un día cualquiera me regresaron al dichoso orfanato. Así pasaron los años, entrando y saliendo, hasta que un día cumplí los dieciocho y decidí emigrar a España junto con David, mi amigo del orfanato y que ahora es como mi hermano.-Concluye.- El resto, ya lo conoces- Afirma mirándome a los ojos.

Quedó completamente estupefacta y abrumada. No puede evitar sentirme mal por Kevin y por todo lo que tuvo que pasar desde muy pequeño. Simplemente se me hizo el corazón añicos con todo lo que me acaba de contar.

- Lo siento- Digo en un hilo de voz.

- Nena- coge mi mentón obligando a que le mire a los ojos- No tienes por que sentirlo, tú no tuviste la culpa. Además, eso me hizo fuerte, desconfiado y me convirtió en un animal sin sentimientos, hasta que te conocí- Dice la última frase sonriendo.- De eso consiste madurar de aceptar, aprender y seguir adelante. Y eso fue lo que hice, me di una oportunidad de bajar mis barreras, romper mis inseguridades y prejuicios para seguir adelante contigo- Acaricia mi mejilla.

- Tu fuiste la luz que me libero de la oscuridad en la que estaba viviendo, y no te permito que te disculpes por eso- Se inclina para besar tiernamente mis labios.

Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora