Cerré los ojos y al abrirlos estaba en otro mundo. Desperté siendo la Princesa Cerezo, protagonista de mi novela favorita.
"¿Qué ha pasado?" Es lo que me pregunto todos los días.
Siempre hay un príncipe que se enamora de la princesa. En mi caso no...
El día por fin ha llegado, hoy es mi tan esperado debut.
Estaba durmiendo tranquilamente cuando empecé a escuchar ruido en mi habitación. Comencé a abrir los ojos algo fastidiada.
—¿Q-qué es lo que pasa aquí?—tallaba mis ojos.
—¡Feliz cumpleaños, Princesa!
Me sorprendí. Ino, Sasuke, Hinata y un par de mucamas estaban aquí.
—Feliz cumpleaños dieciséis, Sakura-chan—se acercó a mí con un pastel—No olvides pedir un deseo.
Sonreí y después de unos segundos pensando apagué las velas.
—Les agradezco mucho a todos-agradecí eufórica.
—¡Abra los regalos, princesa!—comentó Ino.
—¡Si! Abre los regalos Sakura-chan—apoyó Hinata.
—Los abriré mientras todos comemos pastel ¿Les parece bien?
Después de repartirnos el pastel, nos sentamos todos juntos y comenzamos a ver mis regalos. Eran vestidos, perfumes, joyas, libros, etc.
—¡Esto es increíble! No saben lo feliz que me siento.
—Falta un regalo—entró Kushina de repente.
—¡Kushina-sama!—todos nos sorprendimos.
Entró teniendo en manos una caja blanca con un listón rojo ¿Qué será?
—Es por parte de tu madre...
Quité el listón y abrí la caja. Mis ojos se llenaron de asombro.
—Es...es...
—Será lindo que la uses hoy en el debut-sonrió.
—¿Qué es Princesa?—preguntó una mucama.
—Es una tiara que fue usada por las pasadas princesas del Reino de Fuego—la tomé en mis manos—Se les otorga en su debut...y—me conmoví—Ahora es mi turno.
—¡Lucirá perfecta con ella!—comentó Ino, le sonreí. Vaya que estaba muy emocionada de usarla.
—Será mejor que todos nos pongamos a trabajar—dijo Kushina—Hoy hay un debut que hacer.
—¡Si!—contestamos bastante animados.
Veía como todos se ponían manos a la obra, pero...¿Dónde estaba él? ¿Acaso está molesto por lo que pasó?
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No tuve tiempo de pensar en ello. Un par de mucamas junto con Ino, me apresuraron a ir al baño.
—La tina está lista, majestad.
—Ah, si...iré de inmediato.
Después de entrar, pensaba relajarme, pero sólo escuchaba como todas hacían las cosas tan de prisa.
