Cerré los ojos y al abrirlos estaba en otro mundo. Desperté siendo la Princesa Cerezo, protagonista de mi novela favorita.
"¿Qué ha pasado?" Es lo que me pregunto todos los días.
Siempre hay un príncipe que se enamora de la princesa. En mi caso no...
Miraba en dirección a la ventana, sosteniendo mi cabeza con los nudillos. No podía evitar sentirme preocupado ¿Cuánto tiempo había pasado?
Desde aquel día, pese a ser primavera, las hojas de los árboles perdieron su característico color verde. Las flores no brillaban más. Los días eran lentos y grises.
<<Sienten su ausencia...>>
Nada en el palacio es lo mismo desde que ella no está más ahí. Nada es igual...
Apreté el puño de la mano contraria. Me sentía tan débil ¿Desde cuándo una joven princesa me hacia sentir así?
De un momento a otro, su mente se llenó de recuerdos sobre ella; su cabello, sus ojos, sus mejillas, su sonrisa...sus labios.
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Lo recordé. Recordé la razón. Ella había sido la primera persona en acercarse...
—Sakura...—me levanté y caminé hacia la ventana. Coloqué mi mano en ésta. Veía hacia el horizonte, viendo lo lejos que estaba de ella—Por favor...
Por un momento...sentí como la armadura que siempre llevaba se caía a pedazos.
Flashback
—...de esa manera se sustentará apoyo al Reino del Viento, especialmente a los pueblos cercanos a la capital en época de sequías—tomó asiento—Además de evadir sequías, apoyaremos el comercio entre los demás Reinos...
Todos los miembros del Supremo Concejo miraban maravillados al Supremo Príncipe. Su manera de hablar era maravillosa, y que decir de su porte, realmente imponía en la reunión.
—...el principal objetivo de todo esto es que los lazos entre los Reinos sigan unidos y no sólo eso—su gesto mostraba la pasión en sus palabras—Quiero que todos tengan en claro que, ¡Si! Son cinco grandes Reinos, pero debemos actuar y pensar unidos...como uno solo.
¡Clap! ¡Clap!
Todos en el concejo se levantaron de sus asientos y comenzaron a aplaudir ante las palabras del joven príncipe. Este último se levantó en forma de agradecimiento.
—Naruto-sama—tomó la palabra un viejo señor, con una corta, pero sincera sonrisa en su rostro—Permítame ser el primero en felicitarlo este día—estrecharon mano—Su discurso el día de hoy fue maravilloso.
—Se lo agradezco mucho, Hiruzen-san—sonrió ligeramente—Planeo convertirme en un digno Rey para todos ustedes.
—Yo te vi nacer y el verte convertido en todo un hombre me hace sentir orgulloso—lo miró a los ojos mostrando un brillo en ellos—Sigue con esa mentalidad de hierro y lograrás grandes cosas.
