Capítulo 53

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Nuevos secretos

—Le agradezco mucho que haya aceptado salir a caminar conmigo, su majestad—tomó con fuerza su brazo.

—No es nada—evitó la mirada, estaba un poco sonrojado.

—Está tan ocupado con sus deberes reales que el que esté conmigo en este momento es un honor.

No contestó nada. Sólo se sentía un poco alagado con sus palabras.

Lentamente soltó su brazo y pasó a sujetar su mano. El príncipe claramente se notó sorprendido, pero al ver su rostro, y en específico, sus ojos color perla, respondió apretando de ella.

La princesa sonrió, sus sentimientos están siendo correspondidos. Su padre, a lo lejos, observaba con orgullo a su hija. Cada vez más estaba cerca de entrar al corazón del Príncipe y con ello, cada vez más cerca de su objetivo.

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Había un silencio entre ambos, pero no era para nada incómodo, todo lo contrario. Toda nuestra atención estaba sobre el bello atardecer enfrente de nuestros ojos. La vista desde aquí es completamente distinta a la que tenemos desde el palacio.

—¿Crees que tu madre nos regañé al enterarse que salimos del palacio?—pregunté mirándolo de reojo.

—Posiblemente—soltó una risilla—Debería estar viendo los últimos detalles para el baile.

—Apuesto a que no has dormido en varios días—no pude evitar sentirme un poco mal por él.

—Sólo un par de horas al día—las ojeras debajo de sus ojos comenzaban a hacerse visibles.

Repentinamente, llegó un recuerdo a mi. ¿Será buena idea?
Dejé de abrazar mis piernas y las extendí un poco. Me vió confundido.

<<¿Qué intentas hacer?>>

Di unos golpecitos sobre mis piernas, pero seguía viéndome confundido.

—Yo...yo...ahm...—me sonrojé—...pu-puedes descansar sobre mis piernas...

Se sonrojó apenas dije eso.

<<¡¿Qué?!>>

—Yo...¿pu-puedo?

—Mmm...—accedí.

Esto es tan vergonzoso. Tener su cabeza descansando sobre mis piernas es algo que recuerdo haber visto que hacían las parejas mientras caminaba al trabajo siendo ****.

—Duerme un poco—mencioné intentando no mirar a sus ojos.

No pasó ni un segundo y sus ojos comenzaron a cerrarse lentamente. Es obvio que está exhausto. No pasó mucho tiempo hasta que quedó completamente dormido.

Acomodé uno de sus mechones de cabello detrás de su oreja, pudiendo ver con claridad su rostro. Su cabello es tan suave y lindo. Verlo dormir es como ver dormir a un niño pequeño. Luce tan indefenso.

Mientras acariciaba su cabello gentilmente, comencé a tararear la canción de cuna que mi abuela solía cantar para mí.

<<Descansa, Naruto...>>

Cambiando mi Destino | NaruSaku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora