Capitulo 29

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Puedo ver en los ojos de Dorothy la decepción y un poco de ira. Algunas criaturas se dejan ver enseñando colmillos o usando armas oxidadas, algumas incluso escupen lo que parece ser fuego. Ella se dirige hacia su grupo con expresión pacifica, hablan un momento muy corto y después asiente. Se ha tomado una decisión. Entonces Dorothy avanza hacia el frente con la cabeza en alto y se quita su corona, luego se pone de rodillas sobre el primer escalón. El ruido era demasiado fuerte como para hablar, pero el mensaje estaba claro. Oz se rendia.

Alicia suspira, sacude la cabeza y da media vuelta volviendo al interior del castillo. Cuando miro a Edmure sus ojos son un arcoiris cambiando de color demasiado rápido, y el ruido empieza a calmarse. Los soldados son los únicos que entran, lo hacen en filas perfectas rodeando a todos en el jardin y Dorothy se levanta al verlos, ella extiende sus manos en dirección de Edmure.

- Oz se rinde. Nos les hagas daño. A ninguno de ellos. - Pidió Dorothy con el tono mas amable que podia hacer - Y por favor, hablale a Artrerick. Dile que viaje aqui.

Los ojos de Edmure vuelven a la normalidad y baja los escalones hasta llegar donde Dorothy, yo me quedo en mi lugar solo observando. Edmure envuelve alrededor de sus muñecas una cuerda de color azul que sacó de su bolsillo y asintió en la dirección de los guardias. Todos se mueven hacia adelante y ponen la misma cuerda en las muñecas del grupo de Dorothy, a los monos voladores los llevaron a las celdas. Los otros eran detenciones politicas segun Edmure asi que los mantendrían encerrados en alguna habitación después de haberles quitado sus armas y objetos mágicos como los zapatos de Dorothy. El Pais de las maravillas no queria una guerra.

Después de eso camino en silencio a mi habitación, habia aprendido varias cosas hoy como: No masacrar a tus enemigos si ellos se rinden, rendirte si debes proteger a tu reino, y buscar la forma mas pacifica de terminarlo todo. Aunque en lo último aun dudaba, Alicia habria decidido por la solución mas violenta, pero imagino que no lo hizo por El Sombrerero. Estuvo toda la tarde hablando de recuperarlo y Dorothy y sus criaturas le servian mas vivas que muertas para sus propósitos.

Eso me hizo entender que debo buscar un beneficio que entregar ademas de ser "La futura esposa de Edmure Carta" y la bonita y agradable Princesa Ella Masstell o seria fácilmente deshechada o ignorada como hace unos minutos. Debia encontrar algo, necesitaba una manera de servirles. Me tiré sobre la cama y miré hacia el techo sin dejar de pensar dandole vueltas a varias ideas. De pronto la cama se levantó y tuve que quitar mis piernas del borde y pasar a arrodillarme tratando de encontrar equilibrio. Esto es lo que odiaba del Pais de las maravillas, sucedían cosas extrañas. En algunos momentos divertidas o maravillosas pero normalmente extrañas y molestas.

La cama giró provocando que no pudiera sujetarme y cai de ella, cerre los ojos esperando el impactó, pero este nunca llegó. Confundida abro los ojos y encuentro que estoy a centimetros de tocar el suelo, cuando intento moverme caigo con un menor impacto teniendo de fondo una irritante risa que no conozco. Me siento y observo en dirección de donde viene la risa, noto que hay un hombre cerca de mi, de pie a solo unos metros. Parece ser hecho de sombras y tiene los ojos rojos, me recuerda a los de Blanca Nieves. Podría ser... Es bastante ridículo y correcto. Rumpelstiltskin avanza con un bastón en su mano, dandole vueltas entre sus dedos. Las sombras lucen como si se arrastraran detras de él.

- Esto fue muy penoso para ser nuestro primer encuentro - Dice mientras me apunta con su bastón - En fin, el Hada Madrina dice que se esta cansando de esperar que mates al rey.

- No he tenido oportunidad.

- Las has tenido - Respondió haciendo un ágil encogimiento de hombros - Solo que no fueron oportunidades beneficiosas. De verdad admiro esas decisiones, ¿Quien puede anteponer la inteligencia sobre el odio? Aunque si, deberias tener cuidado con la vieja Hada. No le gusta esperar.

Érase una vez una princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora