8-Aliados y Sirvientas

775 167 40
                                    

Hay una etapa en tu vida en la que escuchas sobre alguien malo, digamos un villano, y lo primero que haces es insultarlo, rechazar sus actos y pensar "Yo jamas tocare fondo como él".

Cuando William me llevó a mi habitación en todo el camino juré y juré que lo mataria, que lo haría sufrir como él me lo hizo a mi, yo no lo mataría. No. No. Mi hijo necesitaba un padre, y yo no le quitaria ese derecho, pero me vengaría. De todos. De mi madrastra, del rey, del principe, de Anastasia. Repetí sus nombres en mi mente una y otra vez mientras me sanaban y vendaban la mano. Cada nombre formó una lista, mi lista, y justamente esa promesa de venganza me hizo soportar el dolor. Me hizo aprender.

Fue ahí cuando descubri que toqué fondo. Y que este solo seria el inicio.

Decidi descansar luego de eso asi que dormi por unas horas en completa calma. O que puede que solo fueran minutos, aun seguia de dia cuando desperté. Lo que he pasado me tenia cansada y solo queria liberarme de todo aunque fuera un momento. Al despertarme un hombre me vigilaba apoyado contra la pared, tenia el cabello negro y la piel oscura, sus ojos eran verdes como dos joyas. Me límite a mirarlo mientras me sentaba, estudiandolo. Él fue quien clavó la daga en mi mano.

– ¿Vienes por la otra? – Pregunté, él solo me observó – Esta un poco herida, pero apuesto que aun sirve para eso.

– Solo hice lo que me ordenó el príncipe, mi princesa – Su voz era elegante, como si cantara – Algun dia aprenderá que es útil tener de su lado a una persona capaz de hacer el trabajo sucio y que la siga fielmente.

– Imagino que si, pero me intriga saber porque estas aquí, ¿Debo preocuparme de que me cortes la garganta?

El hombre negó con la cabeza – No, mi princesa. Mis intenciones son otras. – Sacó la espada que cargaba y lentamente se puso de rodillas dejando la espada enfrente de él, presionando la punta de la hoja contra el suelo. – Elijame como su protector y dedicaré mi vida a servirle.

¿Esto era una trampa? ¿Un juego?

– Ya sirves a mi esposo.

Levantó la cabeza para mirarme, pero no pude leer su expresión – He servido a la reina malvada, a Blancanieves. Me llaman El Cazador. Y estoy cansado de seguir a principes tontos y cansado de ver como esta sola en un hogar de lobos. – Volvió a bajar la cabeza – Permitame ayudarle, protegerla. Si no cree en mis intenciones puede preguntar a Blancanieves, ella me aconsejo el ser su guardia personal.

Dejé que mi expresión molesta cayera, nadie sabía sobre mi encuentro con la princesa asi que debia ser verdad. Deseo en serio que lo sea. Pero aun dudo, hay muchas cosas en mi cabeza en este momento.

– William no permitira que lo sea. – Respondi mirando hacia mi mano vendada, recordando – Quiere mantenerme en su control, vengarse, y no permitira que alguien me proteja.

– No lo entiende, ¿Cierto? – Frunci el ceño, pero antes de que pudiera responder el continuó – El sanador confirmó que esta embarazada. Una vez fue una campesina que obtuvo un título pero que siguió siendo una campesina, ahora es una princesa, madre del futuro heredero y será una reina. Puede exigir lo que desee, tiene una base para hacerlo, y si quiere que se cumpla debe hacerse respetar, obedecer. Sea amable, pero dura. Recompense y castigue. Tiene el poder para hacerlo, mi princesa.

El Cazador tenia razón, yo era una princesa y la futura reina. En mi vientre estaba creciendo un niño, un niño que sería rey, que seria buen gobernante. Tenia el poder para ordenar. Solo debia pedirlo... ¿Era asi de fácil? No lo creia pero de cualquier forma me levanté de la cama. Sosteniendo mi mano herida cerca de mi pecho. Repeti sus nombres: El Rey, mi madrastra, el príncipe, Anastasia. Obtuve el valor con cada uno y de nuevo juré vengarme.

– Te elijo a ti El Cazador, para que formes parte de mi guardia personal.

El Cazador levantó la cabeza con respeto, con orgullo. No recuerdo ninguna vez que alguien me mirara asi o que tan siquiera estuviera dispuesto a protegerme. Era un cambio... Agradable.

– Es un honor, mi princesa.

Asentí lentamente aun manteniéndome un poco distante. – El honor es mio, Cazador.

El hombre se levantó, guardó su espada y antes de que pudiera responder las puertas se abrieron. Una sirvienta entró sosteniendo en sus manos una bandeja llena de comida.

– Mi princesa, aquí le envia el rey.

Me iba acercar a tomarla cuando El Cazador me detuvo poniendo un brazo enfrente mio. Lo miré sin entender, un poco molesta.

– No tocó antes de entrar – Dijo él – Pídale perdón a la princesa por su insulto.

La sirvienta pasó la mirada entre ambos con una pequeña mueca de molestia, pero al final se rindió y agachó la cabeza – Mi princesa, perdone el insulto que he hecho hacia usted.

– La princesa quiere que prometas que no volverá a pasar.

Los ojos de la sirvienta brillaron con furia – Mi princesa, no volveré a cometer mi error. Soy fiel a usted. Perdoneme.

El Cazador me miró por un largo momento, entendí lo que decia. Lo que me estaba enseñando. Todo este tiempo permitia que todos hicieran lo que quisieran conmigo, era demasiado amable, y no me habia importado. Queria mantener a todos contentos.

Ya no más.

– Deja la bandeja en el comedor y vete.

– Si, mi princesa.

La sirvienta lo hizo, dejó la bandeja sobre la mesa, se dirigió a la puerta y antes de irse me hizo una reverencia. No dejé de observarla mientras lo hacia. Entonces solo debia ordenarlo, hacerme obedecer. Y ganarme a los aliados correctos. Me acerqué a la mesa y encontré una nota en una de las esquinas de la bandeja, la tomé y leí rápidamente. Luego me giré hacia El Cazador sonriendo un poco.

– ¿Quieres ir a un funeral? Drizella, mi hermanastra, será enterrada en una hora.

¡Hola! No saben cuánto agradezco el apoyo que la historia esta recibiendo ❤ Los invito a seguirme en Instagram donde estaré compartiendo información, dinámicas y detalles de la próxima historia en que estaré trabajando. Pueden encontrarme como: Imagineroses12.

Érase una vez una princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora