42-Promesas

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Una vez El Cazador me hizo una promesa, William, mi padre y mi madre tambien. Al final lo que prometieron se rompió tan fácil como una hoja de papel y me dejaron en el olvido, solo que antes de hacerlo me dieron a probar el amor y me lo quitaron, me dieron a probar un hogar y lo destruyeron, me hicieron sentir que todo lo malo que me pasaba yo lo merecía, cualquier pensamiento bueno que cruzó por mi mente se encargaron de tomarlo, modificarlo y agregarle tonalidades oscuras. Me tiraron al mundo demasiado pronto y tuve que buscar la forma de unir los pedazos de mis piezas rotas, pero fue algo que al inicio no hice porque rogue que alguien me salvara. Cerré mis ojos y me convencí que no era fuerte mientras esperaba un caballero montando a caballo que me dijera "Te estuve buscando.". Ahora he recogido mis pedazos, aprendi a las malas, me lami mis heridas hasta que sané y todo lo he hecho sola por mucho que Edmure o cualquier otra persona quiera llevarse el crédito. No sé que sucedera después de esto, pero no pedire una corona, ni rogaré por una, voy a ganármela. La arrancaré de la cabeza de alguien si es necesario. Pagaré el precio que sea, no tengo nada que perder. Ya no.

Las llamas pronto se apagan y los dragones desaparecen, solo quedan algunos soldados que pudieron escapar de la barrera que creó Edmure. Aline, Adam y Max se encargan de eliminarlos cantando una canción pegadiza mientras se lanzan entre si cabezas como si fuera un juego de niños. El conejo se distrae robando joyeria de los cuerpos de los muertos. Él también canta.

"Arranco cabezas, las tiro y ruedan, ruedan, ruedan por la hierba y bajo el agua y ¡Mira! Hasta vuelan. Cabeza, cabezas. Ruedan, ruedan".

Edmure esta a mi lado al igual que Cheshire, estamos observando y analizando. Hemos destruido una gran parte de los ejercitos del rey, o al menos eso espero, pero ahora debemos tomar el castillo. Dolorido se ha encargado de limpiarlo y ahora se proclama asi mismo dueño del lugar, ademas de tener un nombre ridículo es muy iluso. Sera fácil destruirlo.

– No me desmaye – Digo de la nada, desde que cree a los dragones en mi cabeza hay imagenes recurrentes y estan enloqueciendome, necesito decir lo que veo. Ambos me miran. – Cuando hirieron a Edmure yo no me alteré, ni siquiera maté a los tres enfrente de mi, fue Artrerick quien me golpeo. Por eso me cuesta recordar lo que él dijo.

– Nosotros le robamos, pero antes que lo hicieramos estuvo un tiempo en el bosque. – Cheshire encogió los hombros, divertido – Como unos dos o tres dias, tal vez él abrio la puerta y dejo pasar a Jack.

– ¿Ppr qué me dejo viva entonces?

– Imagino que sospechaba que ibas a morir o queria que sufrieras viendo a Edmure.

– ¿Por qué haria eso?

– Edmure detuvo a Dorothy y creo que todos aquí estamos seguros que nuestro joven Carta habria hecho sufrir al rey lobo. – Su mirada fue hacia Edmure, la burla de Cheshire era muy clara en su felina sonrisa – Tu planeabas matarlo, ¿No, Edmure?

Edmure no respondió, solo se limitó a mirarme. Él sabe lo que pienso y realmente quiero que sienta el peso de mi mirada. No contó sobre eso, no me conto sobre nada mas alla que algun u otro detalle insignificante. Edmure nunca me hizo participe de sus planes y probablemente no tenia intenciones de ello. Cheshire se rie, es una risa molesta y que a su vez te incita a reirte.

– Voy a descansar – Me excuso.

– Buenas noches, hermosa Ella – Se despide Cheshire.

Doy media vuelta y me dirijo hacia la taberna, tendremos que estar aqui unos dos o tres dias mas asi que debo soportar este lugar un poco mas. Edmure camina detrás de mi en silencio, pero cuando estoy a punto de cruzar la puerta a ls habitación que me dio Cheshire me toma de la muñeca y me gira. Mi cuerpo choca contra el suyo y luego me hace retrocer hasta tocar la pared, tiene manchas de sangre en su cuello y rostro, su aroma me golpea con fuerza y no sé por qué pero lo deseo. Presiona sus labios contra los mios en un feroz y hambriento beso, no dudo en responder asi que envuelvo mis brazos alrededor de su cuello para acercarlo mas.

– No queria... – Empieza y lo imterrumpo sujetando su rostro con mis manos – Ella...

– Seremos un dúo o no seremos nada, Edmure.

Él asiente y por el momento me es suficiente. Vuelvo a besarlo. Sus manos bajan por mis costados con lentitud, se reunen en el botón de mi pantalón y lo suelta, después baja la prenda hacia abajo dejando la mitad de mi cuerpo desnudo. Lo saco por completo con mis pies tirándolo a un lado. Hago lo mismo con él asi que pronto ambos estamos igual.

Realmente no me importa si alguien puede vernos aquí en el pasillo, puede que quiera eliminar a William de mi mente porque hemos hecho esto en el pasado, pero en realidad no es así. Deseo a Edmure y es algo que quiero hacer, tal vez me he sentido enojada porque no he podido tenerlo, en mi mente Edmure es como un juguete que tenia y aun así era inalcanzable, pero ahora es mio. Completamente mio. Y sé que es injusto considerarlo asi cuando no estoy dispuesta a entregarme de igual forma pero tampoco me importa.

Envuelvo mis piernas en su cadera y gimo contra su boca ante el roce, los ojos de Edmure se han detenido en el color azul. – Te amo – Susurra contra mi boca y en un movimiento lento entra en mi, arqueo mi espalda mientras cierro los ojos, disfrutándolo. Los labios de Edmure acarician mi cuello – No me traiciones nunca – Me pide con suavidad – Entre todas las personas en el mundo no lo hagas tu. – Su voz baja más – No podría soportarlo.

Érase una vez una princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora