22-Monos Voladores

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Estoy sosteniendo una antorcha en la oscuridad mientras avanzó por el pasillo. He decidido esta vez no venir sola asi que Edmure y Hood viene conmigo. Hemos planeado esto durante una semana y esperado el momento correcto para actuar. Destruí la zapatilla hasta que el cristal obtuvo formas de pequeñas piedritas, luego las guardé dentro de una esfera de cristal y uni el nuevo dije a mi collar. Una sola zapatilla no era útil y seria incómodo caminar con ella, ademas descubrí, después de mi experimento, que juntar ambos dijes aumentaba el poder del hechizo.

Nos detenemos a observar el comedor a través de pequeños huecos. En la habitación esta Lady Tremaine y el rey, tambien hay ocho guardias. Deseo poner ambos nombres en mi lista, pero solo puedo poner uno. Robin Hood prepara su arco con las flechas y Edmure saca su espada. Tomó una bocanada de aire y empujo la puerta secreta llegando al comedor. Todas las miradas caen sobre mi.

– Ustedes me aman – Dije en voz alta, los dos dijes brillaron con un color azul eléctrico – Asi que no levantaran arma alguna, ni hablaran o haran algo hasta que yo se los pida. – Todos asintieron, el cuerpo del Rey y de Lady Tremaine temblaban los guardias estaban tranquilos. El odio se interponía en el hechizo, pero habia magia suficiente como para tenerlos mucho tiempo. Hood y Edmure salieron del tunel y se dedicaron a explorar la habitación.

– Pensé que seria dificil – Hood se iba parando enfrente de cada guardia haciendo gestos insultantes – Esperaba un poco mas... De violencia.

Un grito llamó la atención de todos, luego hubieron mas. Fueron uniéndose muchos hasta que pareció un coro. Edmure se acercó a la ventana con cuidado de no ser visto y maldijo en voz alta.

– ¿Qué es? – Pregunté un poco preocupada por la expresión de su rostro.

– Tenemos un problema, debemos irnos.

Me acerqué a la ventana a observar y apreté los puños hasta clavar mis uñas en la palma. En el cielo cientos de monos voladores se acercaban al castillo. La imagen era aterradora. Había pensado que la conquista seria fácil, pero esto significaba un problema. Si el Rey tenia a Oz de su lado, ¿Que otro reino era su aliado y para qué queria un gran ejército? La Hada madrina dijo que lo queria muerto... Edmure me tomó del brazo y me jaló en dirección a los tuneles, pero yo me solté. Caminé hasta la mesa.

– ¿Cuantos aliados tiene, mi rey?

El rey movió la cabeza – Dorothy, La reina malvada, Maléfica, y Jafar. Y contando.

Tomé un cuchillo de los cubiertos y me preparé para cortarle al cuello, Edmure me detuvo sujetando mi muñeca.

– ¿Quieres enfrentarte a un lider en combate o a un psicópata resentido, Ella? Uno protegerá vidas y al otro le importa un carajo si destruye una ciudad por completo. Lo necesitas vivo. Pelear contra un loco no es una buena idea y peor si tiene a los aliados de su padre... El rey al menos tiene limites. Respeta la vida todo lo que puede.

– ¿Y si mato a los dos?

– Si matamos a ambos no podremos salir de aquí vivos, sus soldados lo sabran.

Mire hacia Lady Tremaine – Clava el tenedor en tus ojos. – Mientras ella lo hacia me dirigí al resto – Olvidaran que pasó aqui, a quien vieron, cuales son sus nombres. Este momento en sus memorias nunca existió.

Seguí a Edmure hacia los túneles, Hood ya estaba ahí. Di una última mirada satisfecha a Lady Tremaine, por sus mejillas corria su sangre como si fueran lágrimas. Siempre quise hacer eso.

Regresamos por el mismo camino, evitando a los monos voladores y algunas otras criaturas que vimos. La cueva del Pais de las maravillas estaba en silencio asi que caminamos lentamente hasta que salimos y obtuvimos la respuesta del porqué de los monos. Destruyeron gran parte de la ciudad, en cualquier parte encontrabas cuerpos, a soldados cartas, guardias de ajedrez, a flamencos o sapos, incluso algunos monos a los que Hood y Edmure mataron sin problema. Mas Edmure que Hood. Estaba molesto, cada movimiento suyo era hecho por la furia.

Alicia estaba sentada en la hierba, arrancandola mientras lloraba, sus manos estaban cubiertas de sangre. Levantó la mirada cuando Edmure se acercó y estiró los brazos, Edmure no dudó en abrazarla.

– Se llevaron a Jack – Dijo mientras escondía su rostro contra su cuello – Voy a matarlos, Edmure. Intenté ser buena, le di la oportunidad de paz, hice lo que me aconsejaste, lo que Jack queria, y ¡Mira! – Lo apartó empujándolo hacia atras. Pude ver la locura en los ojos de ella. – Destruyeron mi reino, mataron a mis amigos, a mis sirvientes, a mis guardias, fueron a la ciudad y se llevaron a los que pudieron, ¡Tomaron a Jack! Vi como lo torturaban ¡Se lo llevaron! – El llanto la consumió asi que Alicia solo bajó la cabeza. Edmure volvió a abrazarla. – No sé como traerlo de vuelta. Tengo miedo, Ed. Soy una niña jugando a ser reina, tu lo dijiste.

– Encontraremos la manera – Susurró Edmure con suavidad – No importa cuanto tengamos que sacrificar te prometo que lo haremos. No perdonaremos a nadie. Se acabó la paz.

Érase una vez una princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora