51-Pinturas

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– ¿Por qué estas aqui? En una hora es el festival, Ella – Edmure habla desde la puerta, lo miro un momento y luego regreso mi mirada al cuadro – Debes estar lista pronto.

– Ayude en la cocina hoy – Respondo mientras doy una pincelada sobre la tela – Y me senti triste, solo queria pintar algo.

– Tu no sabes pintar – Edmure avanza hasta quedar detras de mi, pone sus manos en mis hombros y desde su enorme altura observa el cuadro. Se siente tan bien tenerlo tan cerca, respirar su aroma y que sus manos esten sobre mi. Me pregunto si en otra vida funcionaria lo nuestro, si de verdad alguna vez podria llegar a amarme de verdad. Sin secretos ni mentiras. Sin su maldita ambición. Desde la cocina solo pienso en eso, en él y en mi y en como me arruinó. Soy solo una copia tonta de él. – Es solo una mancha...

– Lo sé, yo solo deseaba utilizar el rojo – Él endurece las manos provocando que su agarre me duela un poco – Estas desconfiando de mi. – Murmuro.

– Has tirado mi confianza a la basura, amor mio – Su voz es tan suave y dulce, y es la primera vez que me llama de esa forma. – Los juguetes, visitar a Ursula, eliminar mi conexión con Bella... Dime, cariño ¿Cómo puedo confiar en ti si planeas destruirme?

– Tu intentaste matarme primero – Contraataco.

Sus dedos se clavan mas en mis hombros, gimo de dolor. – Me he disculpado.

– No es suficiente.

– ¿Entonces que deseas que haga?

Mis manos estan manchadas de distintos colores cuando las pongo en su muñeca, aprieto con fuerza para intentar zafarme pero no cede. No me soltara hasta que le responda.

– Cualquier cosa – Me concentro en la mancha roja que he pintado para calmarme – Demuéstrame que te importo, al menos has algo.

– Ya es tarde para esto, Ella – Me hace girar hasta estar enfrente de él – Tu y yo sabemos como terminara esto. – Acaricia mi mejilla con sus dedos enguantados con una clara indiferencia a mis sentimientos. Si, sé como va a terminar esto. – No lo hagas mas difícil y doloroso para ti.

Cierro mis ojos tratando de conservar su tacto en mi memoria – Deseo ir a mi habitación, si me lo permites. – Mi voz apenas es un susurro.

– Puedes irte.

Recojo mis pinturas y pinceles y me voy por la puerta, cuando salgo me estoy riendo. Es una risa muy silenciosa que me dura hasta llegar a la habitación. Al entrar hay varias hierbas de Kyx puestas sobre el piso, los ratones bajan de las paredes y las dejan ahi sin detenerse. He tenido que improvisar un arma, no me bastaría con un cuchillo y un guante, y aun teniendo el collar necesito algo mas si quiero matar a Edmure. Asi que tome la idea de las cocineras y sus historias sobre la hierba Kyx, la hierba de los males, la hierba antimagia. Por si sola era inofensiva, pero si se le agregaba un poco de sangre algo cambiaba, podía lograr arrebatar el lado mágico de una persona por varios minutos y si funcionaba entonces tendria una minima posibilidad de sobrevivir.

Solo tengo una.

No oigo los pasos de Ali pero se que esta a mi lado, no hago preguntas, ambos solo miramos hacia las hierbas. – ¿En serio? ¿Kyx? – Pregunta dudoso – No es recomendable.

– Dijiste que me ayudarias – Le entrego las pinturas y tomo una de las hierbas para mostrárselas – Sé que funcionará. Confia en mi.

– Te estoy dando una oportunidad, Ella en la que me juego la vida mas te vale que funcione. – Hay enojo en sus ojos pero no sigue protestando, en cambio observa lo que sostengo. La hierba kyx es de color violeta y se ocupa principalmente para el pollo, es parte de la comida tradicional del reino por lo que en la cocina y el almacén hay muchas guardadas. Estoy seguro que él piensa en eso – ¿Cuál es el plan?

– Pon la hierba en la bebida y en la fuente. Esparcela encima de las flores. – Ali pone las pinturas encima de la mesa y cuando se gira aun hay desconfianza en sus ojos – Te traje aqui porque quiero que mates a alguien. Necesitamos sangre.

– ¿A quien? ¿Tus ratones? ¿Yo? No podemos matar a alguien sin que alguien se de cuenta.

– ¿Y si te digo que podremos matar a dos hoy?

– Desconfiaria en tus palabras, pero dime ¿Quienes?

– Mikka y Robin Hood – Me acerco al armario y saco el vestido que usaré hoy, lo pongo encima de la cama. – Me entere que ellos estan juntos, fui engañada de una forma magistral por la prostituta mentirosa y hoy confirme que me espiaba. Le dijo todo a Edmure. – Intento quitarme el corsé pero los listones estan apretados y es cansado estirar mis brazos hacia atras. Ali se acerca y me ayuda a quitarlo. – Entonces si matas a Mikka y luego yo voy por El Cazador podremos deshacernos de dos enemigos.

– ¿El Cazador? – Cuestionó Ali.

– ¿Qué?

– Lo acabas de nombrar.

Él se aleja cuando termina de quitar el corsé y yo deslizo el vestido fuera de mi cuerpo. No me importa estar desnuda ante él, de hecho no me importaría estar desnuda enfrente de una multitud. A este punto me he convertido en alguien que desconozco y a quien admiro. Mi desnudes es un punto a mi favor. Todo lo que soy lo es.

– Siempre lo nombro, esta en mi lista – Me inclino hacia adelante y tomo el otro vestido, sé que me recorre con la mirada pero solo me causa gracia. Para ponérmelo Ali tiene que ayudarme a levantar la falda para poder entrar, después lo deja caer y alisa la tela con sus manos, me ayuda a acomodar la parte de arriba tambien. Llamaria a las sirvientas pero no quiero otra presencia en la habitación. – De cualquier forma me refiero a Robin Hood. Te diré donde debes estar y yo lo llevare ahi, con la sangre activaremos la hierna y podemos empezar todo.

– Es probable que me afecte – Ali me ayuda con el cabello, lo recoge en una moña desarreglada y pone algunos pequeños diamantes para adornar. El vestido es azul casi celeste y tiene un bordado precioso hecho con hilo de oro en la que sobresalen flores y hojas. Me recuerda a cuando llegue por primera vez al castillo, cuando todo era tan fácil como seguir un baile. – Asi que si matamos a Edmure no podre acabar con los guardias y si viene Cheshire danos por muertos, ¿Cómo haremos en ese caso?

– William, los guardias haran lo que diga William – Respondo mientras abro el cajón y saco los guantes, los guarde ahi antes de ir a pintar. Me los pongo com cuidado de no dañarlos a pesar de que se ven resistentes – Ponerlo de mi lado sera fácil. Con lo otro no sé que hacer.

– ¿Quién te dio los guantes?

Doy media vuelta ante su pregunta – ¿Son feos? A mi me gustan.

– Es tela de la tierra de los sueños – Mencionó con su mirada fija en ellos – ¿Edmure te los dio?

– Lo recibi de regalo. – Ali ladea su cabeza pensativo – Después de que regresé del ataque ya estaban aqui. Tambien me regresó el collar, dice que lo mejoró pero no me atrevo a probarlo.

– Morfeo – Dijo esbozando una sonrisa – Estamos cubiertos entonces.

– ¿Quién es Morfeo?

– El rey de la tierra de los sueños – Él sonrió aun mas – Quiere decir que si salió de sus tierras después de unas largas décadas solo para apoyarte debes ser especial.

– ¿Qué es lo que quiere?

– Probablemente a ti.

Mis ojos van hacia la ventana que aunque esta cerrada y con las cortinas extendidas me siento vigilada. Estoy arta de esto, de este miedo recorriendo mi cuerpo, necesito descansar. Ojala el tiempo se detuviera un momento, pero continua con normalidad asi que solo termino sacudiendo mi cabeza – Es el libro, quiere el libro.

El ánimo de Ali se desvanece en un suspiro – Un problema mas.

***

A pedido de unas maravillas personas a lo largo de estos dias estare subiendo el resto del libro ❤ ¡Ya casi estamos cerca del final! ¿Tienen alguna teoria?

Érase una vez una princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora