NUEVE: Zapatillas

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Narra ____

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Narra ____

Sin dar explicación a mi pregunta, Osamu me agarra de la mano con fuerza y me obliga a correr fuera de la habitación. Luce una sonrisa deslumbrante, y aunque en ocasiones anteriores sí lo hizo (como con el albino y aquella chica de la cafetería), verle sonreír no me molesta en lo absoluto.

Así, corremos hasta cruzar la puerta que daba con la calle, y ya fuera, aún de la mano, nos inclinamos e intentamos recuperar el aliento.

Le veo con disimulo...

─Vamos a comprarte ropa─. Habla, estirandose con lentitud mientras me mira directamente a los ojos, y deja escapar un suspiro.

Casi de inmediato, hago una mueca─.¿Hah?─. Sin embargo, él me sonríe y pasea su mirada sobre mí, como sí me analizara, hasta que finalmente ambos nos damos cuenta de cierto detalle;

─Oh, espera... No traes zapatos...─. Y entonces, bajamos la mirada hacia mis pies─. Súbete a mi espalda, iremos a una zapatería primero...─. Y al oírle hablar, nuevamente levanto la cabeza, encontrándome con su espalda y notando que tiene las piernas flectadas y los brazos brevemente alzados, como en la espera de que yo haga lo que propuso.

Mis mejillas se tiñen de rojo al reaccionar, y me atrevo a preguntar─ ¿q-qué hago?─ a un volumen bajo. Pero él no demora en responderme.

─Pega un saltito y rodea mi cuello con tus brazos, yo te agarraré de los muslos─. Usa un tono amable que no me hubiese esperado de otro chico. Mas, no muy convencida, me le acerco con lentitud;

Mis manos tiemblan, y no quiero lucir torpe por alguna razón─. ¡Mhp!─. Luego de dar aquel salto, mis piernas lo envuelven y mis brazos rodean su cuello, entrelazando mis dedos por encima de su torso. Los nervios no me invaden hasta que decide a acomodarme y la sensación de que me voy a caer me provoca un escalofrío, obligándome a apegar mi cuerpo aún más al suyo como reflejo, y abrazándole con fuerza dado al pequeño susto que me provocó lo anterior.

Sus manos, gruesas, grandes y ásperas, aprietan mis muslos, y su cabello hace cosquillas en mi mejilla izquierda. Mi piel arde por algún motivo que desconozco─. ¿Lo hice bien?─. Pregunto, a un centímetro de su oído...

El agarre de sus manos se aprieta por un segundo, y automáticamente muerdo mi labio inferior. ─E-eh... ¡S-sí!, sí...─. Me contesta, a un volumen no mucho más alto que el mío.

Aún así, la gente a nuestro alrededor voltea a vernos con curiosidad y la vergüenza me obliga a ocultar mi cabeza en su hombro, inundandome en el calor que brinda su abrigo.

(. . .)

Pasados tres minutos de silencio en los que imagino nos dirigimos a una zapateria, acomodo mi cuerpo y le susurro lo siguiente, otra vez a pocos centímetros de su oído─. Sí quieres bajarme no tengo ningún problema con caminar descalza...─. Aseguro, algo nerviosa. Pero él niega...

Detiene su andar y, como instinto, giro mi cuello a un costado, encontrándome así con una vitrina llena de zapatos de diferentes tipos. Observo con curiosidad, sin saber exactamente cuál me llama más la atención, pero mi perspectiva cambia al momento en el que él gira para así poder entrar al local.

Y ya en el interior de la tienda, me permite bajar de su espalda y tocar el frío suelo con mis propios pies. Sin embargo, aún así apenas lo hace, sin pensar alzó mi brazo y envuelvo el suyo, agarrandole fuerte.

Siento como sonríe mientras me mira de reojo, pero opto por ignorar el gesto.

─Ve a ver. Cuando encuentres uno que te guste me avisas y pedimos de tu talla─. Comenta, apuntando a uno de los estantes del lugar.

─Bueno...─. Asiento, insegura. Y con su mirada aún sobre mí, camino hacia el estante que me apunta y siento, ya a unos centímetros del mueble, su presencia a mis espaldas y su torso a pocos centímetros de mi cuerpo...

Deslizo mi mirada por los zapatos frente a mí, mis pensamientos no son claros y no tengo idea de qué elegir. Pero, entonces, justo al final de ese pequeño espacio, mis ojos se encuentran con una zapatilla que logró captar mi atención, y aunque no sé sí puedo hacerlo o hay alguna regla que lo impida, la tomo con cuidado.

─¿Te gusta?...─. Pregunto, a un volumen bajo. Doy media vuelta y le enseño la zapatilla entre mis manos, curiosa. Dazai baja su mirada y observa el zapato por unos segundos, asintiendo repetidas veces luego de haberlo meditado, pero en silencio.

─Sí─. Responde, y yo asiento una vez─. Pero... ¿Y a ti?, ¿te gustan?─. Sin embargo, sorprendida dado a sus palabras, alzo la cabeza y le miro directo a los ojos, con los párpados totalmente levantados. Y aunque por unos segundos me mantengo en silencio, finalmente respondo un simple sí y le sonrío.

─¿Sabes tu talla?─. Niego, bajando la mirada con vergüenza. Casi de inmediato, él pone su mano sobre mi hombro y deja escapar una sonrisa sincera mientras conecta nuestras miradas─. Pruebate esta, yo creo que te quedara bien. Sí te apreta pediremos un número más alto y ya está─. Una extraña sensación recorre mi estómago al verle y, oído lo último, me siento sobre un pequeño sillón color naranja y me pongo la zapatilla─. ¿Te queda cómoda?...─. Asiento suavemente, viendo a detalle cómo me queda la zapatilla que yo misma elegí, y que Dazai y yo encontramos bonita.

─Iré a pedir un par de la misma talla entonces─. Sonríe. Y mientras me mira, me quito la zapatilla y se la entrego con cuidado.

Y así, cuando nuestros dedos rozan, nuestras miradas vuelven a conectar.

×💫×🔥×💫×

Holooo, ¿cuál fue su parte favorita del cap?, yo diría que el párrafo final fue 😔👌❣️. Tengo una manía con actualizar de madrugada kdkd, como que me inspiro super tarde.

INESTABLE [Dazai y tú] (completa/editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora