ONCE: En el autobus

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'Viene en oleadas, cierro mis ojos, mantengo la respiración y dejo que ellas me entierren'

Narra Dazai

Luego de habernos vestido, salimos de casa y fuimos directo a la parada de autobuses. Más o menos doce minutos después uno de ellos se detuvo frente a nosotros e ingresamos por la puerta delantera, viéndonos rodeados de gente aleatoria. Así, pude confirmar en ese instante que todos los asientos estaban ocupados, y que el espacio en el que se podría estar de pie era mínimo.

Por ello, nos quedamos ahí, en mitad del pequeño pasillo, y nos agarramos con fuerza de los fierros a nuestro alcance mientras mirábamos en la misma dirección; La ventana frente a nosotros.

Con el paso del tiempo, llegamos a la siguiente parada, y aunque nadie bajó, alguien sí subió al vehículo; Hice espacio para que el hombre pasara y lo escuché murmurar de mal humor un "permiso" al mismo tiempo en el que cruza por detrás de mí, y notando el hecho de que no puede seguir avanzando, se detiene a un lado de ____.

Entonces, llevo mi mirada al conductor, y mis ojos recorren el cristal mientras analizo el camino que ya llevamos, garantizando que sólo bastan un par de vueltas para llegar a A.D.A...

Con mis ojos en el cielo, me pierdo en el interior de mi cabeza por unos segundos, tan profundo que no sé cuántos. Pero cuando reacciono y veo realmente a la calle, volteo hacia la chica a mi lado y busco conectar sus ojos con los míos, mas la encuentro mirando a sus zapatos, en medio de una tembladera poco notoria.

Frunzo el ceño con curiosidad, pero al momento en el que el autobus frena de manera brusca y todos nos balanceamos un poco, me doy cuenta de lo que ocurre y abro los ojos por completo, sintiendo cómo la rabia crece en mi interior.

Mi puño va directamente a la cara de aquel hombre, y el estruendo producido por su caída llama tanto la atención que algunos de los presentes pegan un grito, y un bebé comienza a llorar.

─¡INTENTALO CONMIGO SÍ TE ATREVES!, ¡GRANDISIMO HIJO DE PUTA!─. Intento ir hacia él, pero la cantidad de gente y el que ____ me jale de la muñeca con desespero me lo impiden por un instante. Sin embargo, cuando me libero y estoy a pocos segundos de tirarmele encima y seguirle golpeando, el autobus para, las puertas se abren, y ese imbécil corre fuera de aquel pequeño lugar.

Aún así, no puedo con la ira que me rodea y corro tras él, sintiendo los gritos de ____ a mis espaldas, pidiéndome que pare al unísono en el que inhala y exhala con dificultad, intentando a duras penas llegar a mí.

Creo que en otra situación me habría detenido y me le habría acercado, lamentadome el haberle hecho correr de esa manera, pero no. No podía, hace tanto tiempo que no sentía esta cantidad de rabia, esta cantidad de impotencia, que no podía controlarla. Y cuando iba a cruzar una calle por la que él acababa de pasar, el recuerdo repentino de Odasaku me paralizó, y un camión cruzó el cemento por el que yo habría estado de pie sí no hubiera parado de correr.

─¡OSAMU!─. Oigo la voz de ____ a poca distancia y, un momento más tarde, su pecho choca contra mi espalda y me abraza con fuerza...

─¿Por qué no me dijiste nada?...─. Le pregunto, a un volumen por poco inaudible, y en un tono frío, cosa de la que me arrepiento de inmediato.

─Creí que...─. Susurra, puedo sentir su mejilla derecha rozar contra mi abrigo, y levanto mi brazo para acariciar su mano derecha, que se encuentra sobre mi pecho─. Creí que era algo normal...─. Confiesa. Provocando que mi corazón se detenga por un segundo, y un extraño sentimiento impregne mi interior.

Un segundo más tarde, volteo hacia ella y le rodeo con mis brazos, apegándola a mí con fuerza─. Nadie puede hacerte algo así sin tu consentimiento, jamás─. Remarco la última palabra a pocos centímetros de su oído, y le veo de reojo mientra asiente.

─De acuerdo─. Me responde, aún en un volumen bajo.

(. . .)

Finalmente, entramos a la cafetería y nos sentamos en la misma mesa en la que se encuentra el resto, quedando ella en medio y Atsushi y yo a sus costados.

─Buenos días─. Saludamos ambos, recibiendo varias respuestas por parte de los presentes.

...

Narra Autora

Pasan los minutos, y aunque son rodeados de ánimo y alegría ambos se mantienen callados, sin saber qué pensar, o qué sentir.

De repente, desconociendo incluso el por qué, la joven se acomoda en su sitio y deja caer su cabeza suavemente sobre el hombro del castaño. No recibe objeción alguna, y en cambio, él apoya su cabeza sobre la suya y su mano se dirige con lentitud hacia la de ella.

Al notar aquello, ____ también acerca su mano.

Con suavidad, entrelazan sus dedos, y suspiran disimuladamente al mismo tiempo en el que cierran los ojos, hundiéndose en lo que en ese segundo están sintiendo; calor.

Respiran con lentitud, sienten algo extraño en sus pechos, y aunque nuevamente no entienden esta emoción, quieren permanecer así por un largo rato.

Entonces, Atsushi les ve de reojo, y su sorpresa es tan notoria que todos en esa cafeteria, (es decir los miembros de A.D.A, la mesera y aquel hombre que prepara el café), miran en su dirección. Pero ya que ambos tienen los ojos cerrados, y están a punto de caer dormidos, ninguno se da tiempo a notarlo.

×💫×🔥×💫×

Hii, mi parte favorita del cap fue el abrazo, ¿y la de ustedes?.

¡Lamento la demora en el libro de Chuuya!, estoy perfeccionando un par de cositas

INESTABLE [Dazai y tú] (completa/editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora