DIEZ: Despiertame

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'¿Quién me curará ahora?, ¿te sumergirás cuando me esté ahogando?. Sálvame de mi misma...'

Narra ____

Cruzo la puerta y observo con atención el interior de la casa en la que acabo de entrar. Dazai pasa a mi lado luego de haber encendido la luz, deja las compras sobre el sofá de la sala y voltea lentamente a mi dirección, acercándoseme unos pasos mientras me mira a los ojos y deja asomar una sonrisa.

A pesar de que esta es una nueva experiencia para mí, y que generalmente aquello me pondría nerviosa, lo único que siento al estar con él es un cosquilleo en mi abdomen, y a mis mejillas tornarse rojas por el sólo hecho de saber que me mira.

─Bienvenida─. Habla, a un volumen lo suficientemente alto como para que yo le pueda escuchar, mientras alza ambos brazos a sus costados, en dirección contraria. Y al oírle, inclino mi cabeza y suelto una risita, a un volumen suave.

Así, cuando regreso mi cabeza a su posición anterior, y nuestras miradas vuelven a encontrarse, ambos nos quedamos callados por unos segundos, quietos, viendo al otro con cierto sentimiento que no logro entender, o describir, o poco menos procesar...─. ¿T-tienes hambre?...─. Me pregunta, apuntando a lo que imagino es la cocina.

No demoro mucho más en asentir─. Iré a preparar una merienda nocturna entonces─. Y me murmura, sonriente, provocando un ardor en mis mejillas que no logro disimular─. Ve a ponerte pijama sí quieres. El baño es la puerta a la derecha, y el dormitorio está allá─. Veo como su dedo apunta a diferentes direcciones, y asiento a penas finaliza. Mirándole caminar a la cocina y desaparecer al cruzar el marco, doy media vuelta y tomo la bolsa en la que están los pijamas, yendo directo al baño luego de haber elegido el que usaría hoy.

Y ya ahí, pongo el seguro y me quito mi ropa rápidamente, ansiosa por probar lo que sea que esté preparando Dazai.

Finalmente, cuando termino de cambiarme y abro la puerta, cierto olor llega a mis fosas nasales, y mi estómago gruñe con impaciencia al momento en el que inhalo profundo, disfrutando de aquel aroma.

Cruzo el pequeño pasillo que da con la sala a pasos relajados, y me asomo a la cocina depositando mis manos sobre el umbral al unísono en el que esbozo una sonrisa. ─¿Puedo ayudar en algo?─. Susurro, y muevo mi cuerpo, permitiendo así que él pueda verme.

Parece sorprendido por un instante, pues no me había oído venir, pero no tarda más de tres segundos en darme una respuesta a lo que acabo de preguntar; ─Pone la mesa, por favor─. Me sonríe, y yo asiento brevemente eufórica─. Los manteles están ahí, y los platos en ese cajón─. Y entonces, me dirijo al lugar en el que me indicó se encontraban los manteles.

Narra Autora

Sólo siete minutos más tarde ambos sandwiches ya estaban listos, y estos eran acompañados por dos tazas de té.

Ambos se sentaron, y Dazai observó a la chica con atención, ansioso ante la curiosidad por saber sí a la joven le gustaba o no lo que él le había preparado. Y, claramente, así fue, pues un satisfactorio cosquilleo recorrió su boca al unísono en el que mascaba, y gustosa, pronto dio la siguiente mordida, y la siguiente, y la siguiente...

Dazai no pudo evitar sonreír al verla, y aunque no se dio cuenta hasta un rato después, cuando la chica ya se había comido la mitad de su sandwich, él le seguía mirando disfrutar del alimento, y dado a eso, aún no empezaba a comer el suyo.

INESTABLE [Dazai y tú] (completa/editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora