17: Enseñarte

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Narra Autora

Ya es hora de volver a casa, y de la mano, Dazai y ____ caminan por las calles de la ciudad. Comienza a atardecer, y aunque no tanto como en la mañana, el viento recorre cada rincón, empujando a las hojas verdes que adornan los árboles, y elevando el pelaje de los perros que pasean por ahí. Sin embargo, y cuando la joven da media vuelta en dirección de la parada de autobus a la que siempre van luego del trabajo, el fuerte agarre de la mano del varón contra la suya le impide continuar y gira hacia él para verle a los ojos, curiosa.

─¿Pasó algo?─. Cuestiona, casi en un susurro. Mas, él sonríe con los ojos cerrados y, a un tono suave, comenta lo siguiente;

─Aún no te he dado mi regalo─. Entonces, y con una sonrisa que se dibuja sobre su cara en cuestión de segundos, _____ lleva su cuerpo hacia él y le observa con atención─. Ven─. Pero él, dicho aquello, continúa caminando. Y puesto a que seguían tomados de la mano ella se ve a obligada a seguirle, sin embargo, sin quejas, pues luce entusiasmada.

Así, caminan por unos cuantos minutos más mientras charlan de cosas irrelevantes, y aunque ella intenta sacarle pistas, no lo consigue.

De repente, el joven detiene su andar a un lado de una librería, y ella observa el lugar con sorpresa, pero sus cejas se inclinan con preocupación al entender lo que está pasando. Aún así, a él aquello no parece preocuparle, y sin más, ambos entran a la tienda. Una campanilla anuncia su llegada y el vendedor sentado detrás del mostrador les dedica una sonrisa, regresando la mirada a los documentos entre sus manos luego de unos segundos.

─¿Qué hacemos aquí?...─. Pregunta ella, aunque reconoce que la respuesta es obvia. Sin embargo, él cruza el pasillo en silencio y se detiene por debajo de un letrero que tiene impreso “Infantil” por encima. Al alzar sus brazos, sus manos viajan con cuidado por los estantes, revisando el costado de cada libro pequeño con el que se topa.

Y _____ le observa con atención, jugando con los dedos de sus manos notoriamente nerviosa, y en silencio.

─Estuve pensando en que...─. Habla él, pensativo─. No tuviste una infancia deseable. Y, bueno... _____─. Pero entonces, detiene el mover de sus manos de la nada, y se queda quieto unos segundos. Mas, cuando se da cuenta de que ya ha encontrado lo que busca, saca el libro con delicadeza, y lee la portada del mismo─. Sé que no sabes leer, y quiero enseñarte a hacerlo─. Y al girar en su dirección, levanta la cabeza y sus ojos se encuentran con los de la menor, pero ella no habla.

Su mirada tímida se pasea por el varón, por sus ojos, sus labios, la venda de su cuello, recorre su ropa y se dirige a su brazo, pasando nuevamente por sus vendas hasta llegar a la punta de sus largos dedos, que sostienen firmemente a un pequeño libro de tapa celeste, con letras de colores en la portada.

─Y-yo... ¿Cómo te diste cuenta?. Ese día en la cafetería yo... Fingi leer el menú─. Pregunta, a un volumen bajo, como sí le avergonzara decir la verdad.

─Te guiaste por las imágenes─. Contesta él, seguro─. A la torta que pediste la habían tachado el día antes, ya que no la seguirían vendiendo─. Y oído eso, ____ abre los ojos de par en par─. Te dieron un trozo que les quedaba.

─Joder...─. Y dicho lo último, se abalanza sobre él, y le rodea con sus brazos, comenzando a despedir lágrimas al unísono en el que esconde su rostro en el abrigo del varón. Pero este, al momento en el que corresponde, se da cuenta de que su cuerpo no está helado, y alza ambas cejas, curioso.

─No estás... ─. Y entonces, se responde a sí mismo, y una sonrisa se ve dibujada en sus labios...─. No son lágrimas tristes... ¿Verdad?─. ____ niega con lentitud, sollozando a un volumen bajo mientras hunde aún más su cabeza en el abrigo, avergonzada por el hecho de llorar en un lugar en el que cualquiera podría verla.

Mas, en ese preciso momento, él se aleja unos centímetros e, inclinándose hasta quedar a su altura, seca las lágrimas que caen por sus mejillas con las yemas de sus dedos, y sonríe con suavidad─. Vamos, aún hay que pagarlo─.

 Vamos, aún hay que pagarlo─

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(...)

Llegan a casa luego de poco más de una hora y, cansados, se dejan caer sobre el sofá. Dazai tiene el libro entre sus manos, y su mirada, a penas ocurrirsele cierta idea, va rápidamente hacia el reloj de pared.

La noche ya ha dado inicio, pero la luz de la sala es suficiente.

─¿Te parece sí empezamos ya?─. Pregunta, llamando la atención de ____ casi de inmediato. Voltea en dirección de la chica y le señala el libro, sonriendo delicadamente. Así, aunque insegura, ella no demora mucho en aceptar─. Acomodate aquí...─. Y entonces, Osamu apoya su espalda contra el apoyabrazos del sofá y abre sus piernas, dejando a  ____ espacio suficiente como para sentarse en medio de estas y, así, poder apoyar su espalda contra el pecho de Dazai.

Hecho aquello, rodeandola con sus brazos pone el libro frente a sus ojos, y da inicio a la lección.

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Waaa, este es uno de mis caps favoritos hasta el momento :'), ¿cuál fue su parte favorita?.

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INESTABLE [Dazai y tú] (completa/editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora