22: ¿Fiebre?

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'Jugar con fuego...'

Narra Autora

Dos días después;

____ miraba la palma de su mano detenidamente, analizando cada detalle de su piel y sentada al borde de la cama matrimonial, en aquel dormitorio que solía pertenecer únicamente a Dazai. 

No hablaba, pero su cuerpo temblaba un poco, y aquello era visible en sus manos, y en sus dedos. Además, su pecho comenzaba a alzarse de manera notoria, y parecía faltarle la respiración. 

─¿Pasa algo?...─. El castaño le pregunta, yendo hacia ella con acelero apenas verle de esa manera. Sin embargo, ante la sorpresa, la chica no logra evitar sobresaltar al unísono en el que Dazai se inclina frente a ella, buscando conectar sus miradas mientras mantiene preocupación en la suya.

Pero... Y aunque él luce impaciente por recibir una respuesta, luego de unos segundos y cuando su expresión se relaja, _____ se dispone a hablar─ cuando pienso en mi poder...─...

Mas, por un instante entre aquella pausa mira en dirección de Osamu, aunque no demora mucho en regresar la mirada al lugar inicial; La palma de su mano derecha─. Sé que ahora puedo controlarlo... Pero... Me da miedo─. Sin embargo, dicho lo último, cierra la mano, y observa sus nudillos.

Frustrada, al mismo tiempo en el que muerde su labio inferior, traga duro y deja escapar un suspiro invadido en angustia.

─Tranquila...─. Alienta él, a un volumen tan bajo que se es difícil escucharle. Y ahí, mientras le mira, lleva sus manos a la suya, la agarra con suavidad, y la baja hasta que esta termina por caer delicadamente sobre sus piernas, cerca de sus rodillas, y ahora, a pocos centímetros de las gruesas manos del varón. Sus latidos se sincronizan, sus respiraciones se escuchan─. Cualquiera sea la misión, no te obligaremos a usarlo sí no estás preparada para hacerlo─. Y, dicho lo último, sus miradas se encuentran, y ambos, en silencio, se dedican a admirar el brillo en los ojos del otro.

Ahí, como sí hubieran sido hipnotizados, ____ levanta su brazo con lentitud, y toca la mejilla del varón con la yema de sus dedos─. El cabello se te ve lindo detrás de la oreja...─. Le halaga, y Dazai sonríe con delicadeza. Sin embargo, un segundo más tarde e interrumpiendo aquel bonito momento, la joven cierra sus ojos con fuerza, y al mismo tiempo en el que una mueca de dolor aparece en su rostro, lleva su mano a su abdomen, y presiona unos centímetros por debajo de este. 

─Jhmp...─.

Como por reflejo, el chico deposita sus manos sobre sus pequeños hombros, y le mira con atención; ─¿Qué ocurre?─. Cuestiona.

Pero _____ tarda unos segundos en dar una respuesta.

 ─Nada, me duele un poco...─. Quitándole importancia, acaricia su abdomen con suavidad y desvía la mirada, notablemente incómoda.

 ─¿Por aquí?...─.  Mas, e ignorando el comportamiento de la menor, Osamu inclina la cabeza y acaricia la zona adolorida con una expresión pensativa en su rostro─. Quizá te va a llegar el período...─. Le cuenta, y ella abre los ojos a tope a penas oírle─. Ven─. Anuncia, levantándose rápidamente─. ¿Dónde fue que guarde las toallitas?...─. Y habla, como sí se preguntase a sí mismo aquello que acaba de comentar.

Luego de dar media vuelta, el varón camina en dirección del baño, y _____ le sigue, pero su rostro no refleja más que duda.

Ahí, él se agacha frente a un mueble y, justo después de abrir las puertas de este, revisa su interior con acelero. Mientras tanto, la chica se acomoda contra el umbral de la puerta. Pero, aunque curiosa, se limita a observarle─. Estuve...─.  Y él habla, rebuscando entre ciertos productos al unísono en el que lo hace─. Leyendo un poco al respecto; Hay pastillas para el dolor, pero creo que sería mejor que recurras a otros métodos...─. Y oído lo último, ____ asiente con lentitud─. Así que... Ponte una─. Entonces, y justo cuando dice aquello, encuentra una toallita y extiende su brazo en dirección de su acompañante, quien no demora mucho en recibirsela─. Recuéstate, te traeré un guatero. Uh, y galletas─. Así, sin más, se levanta, cierra el mueble, y gira a ver a la joven que tiene a sus espaldas, aún apoyada en el marco de la puerta─. Sí te sigues sintiendo mal, llamaré para avisar que no iremos─.

INESTABLE [Dazai y tú] (completa/editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora