¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La visión se le volvió borrosa debido a las lágrimas que se le acumularon, acarició con cuidado el metal que descansaba en su dedo, aquella argolla que no valía nada ahora mismo. Su corazón estaba hecho trizas, no existía ser que pudiera sanar el inmenso dolor que sentía. Sentimientos como la decepción, la amargura y la traición se alojaban en él. Se limpió las lágrimas cuando escuchó el cerrojo abrirse, era muy entrada la madrugada cuando Kuroo llegó a casa. Se levantó de su lugar y espero que por el umbral apareciera el alfa.
—Cariño, ¿qué haces despierto?
Hizo el amago de besarle, pero el rubio le detuvo, empujando el cuerpo del alfa lejos de él con asco. Tetsuro le miró extrañado por su comportamiento, el menor buscó en sus bolsillos el teléfono del pelinegro y lo arrojó al suelo, sin importar que resultará dañado. En ese momento, el mundo se le movió al alfa.
—¿D-dónde lo encontraste? —balbuceo, con la soga en el cuello.
—¿Eso es lo primero que dirás? —ambos enmudecieron. Kuroo boqueó durante algunos momentos y sin escapatoria, sencillamente agachó la cabeza. —Me das asco.
—No digas eso, cariño. —susurró Kuroo, con el nudo en la garganta haciéndose más grande al escuchar las palabras de su esposo. —Por favor, no dig-
—Aquí está. —Minji apareció desde el pasillo que se dirigía a las habitaciones con un par de maletas, el menor las tiró cerca del alfa y le miró con asco. —Ahora puedes irte con esa perra.
Kuroo se tiró de rodillas y con la cabeza pegada al suelo. Mojando el suelo con sus lágrimas y susurrando millones de perdones. Ninguno bastó para sanar el alma de Kozume, tampoco para aplacar la ira que existía dentro de Minji. Pues había sido él quien descubrió la infidelidad del alfa hacia su padre; cuando un día su padre llegó oliendo a una omega de pies a cabeza, cuando leyó un mensaje en el dispositivo del mismo o cuando les vio tomados de las manos caminando juntos.
—No queremos verte aquí, nunca más.
Eso fue lo último que escuchó de su hijo, porque poco después fue echado por el mismo a tirones y jalones. Sacando sus maletas llenas de ropa y nuevamente arrojarla bruscamente al suelo. Kuroo perdió a su familia en cuestión de segundos, ya que al día siguiente cuando quería solucionar todo, se encontró con la nada misma.
"Te amo Kuroo, la luna nosjuntó desde el día que nacimos. Deja a ese asqueroso beta y ese bastardo, únete a mí. Hazlo por nuestro hijo".
