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❝Dónde la curiosidad mató al gato❞

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Psyco!Kenma | Especial halloween

Palabras: 1745

El sonido de la fuerte lluvia golpear la coraza del auto era lo único que existía dentro de la bola de silencio en la que Kenma se encontraba sumergido, dio una enorme calada al cigarrillo entre sus dedos y dejó salir todo el humo pocos segundos d...

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El sonido de la fuerte lluvia golpear la coraza del auto era lo único que existía dentro de la bola de silencio en la que Kenma se encontraba sumergido, dio una enorme calada al cigarrillo entre sus dedos y dejó salir todo el humo pocos segundos después de saborear éste, cerró los ojos tratando de buscar paz entre sus constantes pensamientos golpeando su nuca.

—¡Cállense de una jodida vez!—gritó, golpeando con su mano libre su frente. Tiró de sus largos cabellos desesperado cuando éstas comenzaron a retumbarle más pesadamente. Poco le importo abrir la puerta del conductor y salir fuera, con la lluvia mojando su cuerpo sin pena alguna, comenzó a gritar y patalear al aire como un loco en medio de la calle.—¡SOLO DEJENME TRANQUILO!

Alzó la cabeza cuando sus oídos taponados por el agua se agudizaron ante el constante sonido pitante del auto que le pasó rozando por un lado; le había esquivado por poco, pero eso no le pareció importar al rubio, quien seguía en su pelea interna.

—Oye, ¿Estás bien?—Kenma le miró, pero no de una manera normal; si el hombre pudiera describirlo esa mirada con una palabra, sería la de un psicópata.—U-uh, chico casi te atropello.

Era un hombre regordete, con un traje gris mojado por la lluvia, unas gafas redondas que le hacían ver los ojos más grandes y un peinado que daba un intento en vano de ocultar la calvicie. Trató de acercarse a él con cuidado, alerta de si en algún momento el chico que parecía ido se alteraba y le atacaba.

—Claro, lo siento.—habló el chico, sonriendo de medio lado.—Mi auto se averió y me quedé en medio de la lluvia.

—Ya veo.—le devolvió la sonrisa, pero aún así fue una que ocultaba la incomodidad del hombre.—¿Dónde vas? Quizá pueda acercarte.

—Gracias.—respondió Kenma.—Iba a la casa de un amigo, queda cerca de la estación.

—Claro. Me queda de paso.—El hombre dudó un momento cuando Kenma parecía ingresar al auto, abrió la parte trasera del vehículo y cogió una maleta de dentro. Se apresuró a querer ayudarle, cosa que Kenma negó amablemente; aunque le parecía pesar demasiado por las venas que marcaban sus brazos al hacer un esfuerzo considerable, en cambio dijo:

—Hay otra dentro del auto, ¿podrías ayudarme con ella?—.

—¡Sí!—.

El tipo corrió rápidamente a la parte trasera, quizá fue por el fuerte aroma a lluvia que cubria el ambiente que no notó el evidente aroma a hierro que provenía del tapis que tenía el auto. Tomó la maleta negra con fuerza, llevándose la sorpresa de notar lo liviana que era. Se detuvo un momento, escuchando el sonido metálico moverse dentro de aquel contenedor con ruedas, extrañamente sintió que el aire se enfriaba a su alrededor.

―❝𝔨𝔲𝔯𝔬𝔨𝔢𝔫 𝔬𝔫𝔢‐𝔰𝔥𝔬𝔱𝔰❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora