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❝Dónde Kenma tiene uno de sus mejores orgasmos❞

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Smut | Omegaverse Kuroo!Alfa Kenma¡Beta

Palabras: 530

Tiró del vientre a Kenma cuando sintió como las paredes internas del beta comenzaban a apretarle, sabía que su querido amante no soportaría más las constantes embestidas de él por lo que se esforzó en darle la vuelta para poder ver el rostro de su...

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Tiró del vientre a Kenma cuando sintió como las paredes internas del beta comenzaban a apretarle, sabía que su querido amante no soportaría más las constantes embestidas de él por lo que se esforzó en darle la vuelta para poder ver el rostro de su chico cuando éste rozara el punto más alto de la excitación. Kenma gemía entre lágrimas y gestos adornados por un sonrojo que le dejaba rojas las zonas desde los hombros hasta las mejillas, se retorcía en su lugar y se aferraba a las sábanas grises que usaba el pelinegro en su cómoda cama.

—estás asfixiándome—habló el pelinegro cuando le fue doloroso el siquiera tratar de salir del cuerpo del rubio. Boqueó buscando aire y se encogió en su lugar cuando la sensación de succión comenzó a llenarle la cabeza nuevamente de esa nube rosa del placer. La boca comenzó a picarle debido a los colmillos que empezaron a crecer y sin poder aguantar más mordió el hueco entre el cuello del beta y el hombro, ante la acción cometida por el pelinegro, Kenma llegó al orgasmo más satisfactorio de su vida, uno en donde sentía como se derretía todo en su interior y era expulsado de manera brusca, manchando todo su abdomen de aquel espesor blanco. Aún con todo el placer del mundo aun aferrándose a su sistema, el rubio trataba de sacar el miembro del alfa de su interior antes de que comenzara el proceso del nudo, pero era casi imposible ya que el alfa se aferraba con fuerza a su cuello y la cabecera de la cama.

— s-sácalo, antes de qu- —no le dio tiempo a terminar cuando sus paredes comenzaron a expandirse debido al nudo que comenzaba a crecer después de que el alfa llenara por completo las paredes internas, Kozume jadeó y gimió cuando no pudo soportar más el dolor que le provocaba eso, sin duda no valía la pena tanto placer para después ser invadido por el dolor. Cerró los ojos fuertemente y aguantó la respiración, esperando que la protuberancia dejara de inflamarse en su interior. —Maldición, te dije que no lo hicieras más.

—Lo siento, estabas apretándome tan bien. —mencionó el alfa, quien también jadeaba. Quitó las manos de la cabecera, para ponerlas sobre las caderas del rubio, frotando en círculos para disminuir el dolor que su nudo le provocaba al chico. —Puedo verme desde aquí.

Ambos miraron el pequeño bulto que se formaba en el vientre del menor, aquella cosa que lucía tierna, pero por dentro estaba causándole malestar al beta. Cuando sus respiraciones estuvieron más tranquilas, el alfa se percató del desastre que tenía en el pecho su amante y que, si te detenías a ver cuidadosamente, le había llegado incluso al cabello. Sonrió arrogante y soltó: — Excelente vista, cariño.

Kenma al inicio no entendió a lo que se refería el chico, pero después de sentir como los dedos del otro se paseaban y jugaban con aquella viscosidad en su cuerpo, las mejillas se le llenaron de carmesí por la vergüenza, tomó la almohada a su lado y la estampó contra la cara de su chico, quien solo se carcajeó por la repentina acción del otro.

―❝𝔨𝔲𝔯𝔬𝔨𝔢𝔫 𝔬𝔫𝔢‐𝔰𝔥𝔬𝔱𝔰❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora