19. Perdóname

1.2K 41 6
                                    

NARRA AITANA OCAÑA MORALES

(Miércoles 19 de junio de 2030)

Luis ya había terminado las clases y sorprendentemente no le había quedado ninguna. Desde que estaba con Carla, un chica encantadora, su estado de ánimo había cambiado a mejor. Ya no se encerraba en su cuarto tocando la guitarra horas y horas y salía más con sus amigos. No me lo había dicho, pero su mejor amigo Fer hacía semanas que no pasaba por casa por lo que supongo que se habían distanciado.

Luis y yo seguíamos igual, con dudas e incógnitas en nuestra relación. Habíamos pospuesto hacer pública nuestra situación familiar para octubre, mucho después de la salida de su disco. Los signos de interrogación que nos ataban de pies y manos iban desapareciendo poco a poco y me gustaba la idea de no forzar algo tan delicado como nuestra relación que iba algo ligada al pasado.

Yo había conseguido un pequeño trabajo en un garito de Madrid por las noches y con ello decidimos retomar nuestra idea de comprar una casa juntos después de haberla dejado un tiempo aparcada. También había hecho las paces con mis padres cuando me llamaron desesperados y arrepentidos por la mala reacción que tuvieron ante la noticia que tantos males me había causado.

Tenía miedo, después de la tormenta siempre llega la calma, pero... ¿y después de la calma? Al fin y al cabo todo es efímero y ese constante bienestar que estaba viviendo solo me daba mala espina. Sabía que en un chasquido, un simple abrir y cerrar de ojos, todo podía irse a la mierda, porque aunque mi hijo estuviera ganando confianza con su padre así como yo con el mismo y viceversa, estaba esa tensión y ese temor a que la confianza lleva tiempo obtenerla y sin embargo en un golpe de realidad se puede perder en milésimas de segundos.

-¿Entonces a que hora vuelve?- Preguntó Luis mirando la hora en su móvil parando de cortar la zanahoria.

-Me ha dicho que luego irá a tomar algo con Carla después de cenar, así que tarde.- Dije yo acercándole una ensaladera. -De todas formas está de vacaciones Luis, no pasa nada si se tira hasta las tantas por ahí.- Asintió y siguió preparando la cena.

Apoyé mi lumbar en la encimera quedando de perfil a él y me froté las manos hecha un manojo de nervios.

-¿Todo bien?- Me miró y levantó las cejas para que contestara.

-Luis, le he estado dando vueltas y...- Tragué saliva antes de proseguir y él se giro quedando frente a mi y apoyando un brazo en la encimera. -No sé, estaría bien que os fuerais una semana o una quincena Luis y tú a Galicia, a que conozca a su abuela y...-

-¿Y tú?- Arrugó las cejas y pude entender que el gesto era de confusión.

-Yo bueno... Así me tomo un descanso.- Su ceño solo se frunció más sin entender nada.

-¿Un descanso...? ¿Te agobiamos?- Y ahí le había dado.

Llevaba días sin dormir dándole vueltas al tema. Luis quería recuperar a toda costa el "tiempo perdido" y a veces era excesivo. Necesitaba un respiro, salir de fiesta con mis amigas y desmadrarme una noche o tirarme en el sofá y no hacer nada en todo el día. Necesitaba también ratitos para mi sola y entiendo que la propuesta fuera egoísta, pues ahora éramos algo así como "pareja", algo de dos, no podía pensar solo en mi misma, estaba claro que no, pero me quise dar ese capricho porque después de todo creo que me lo merecía.

-No es eso Luis, es solo que... Piensas demasiado. Te has metido entre ceja y ceja que debes recuperar el tiempo perdido y no es necesario llevarlo a ese extremo.- Intentaba sonar suave aunque mis palabras mostraran algo de enfado y agobio.

Está Permitido || AitedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora