Está Permitido || Aiteda

20. Volver A Empezar

NARRA LUIS CEPEDA FERNÁNDEZ

(Miércoles 17 de julio de 2030)

-Es injusto, me apartas Aitana, de ti y de tus problemas cuando realmente son nuestros.- Intentaba mantener la calma, comprender de nuevo su enmudecimiento y no gritar y decir algo de lo que después me arrepintiera delante de Luis.

Pero es que la situación se repetía y los rencores, las malas caras, el enfado y la decepción se arremolinaban en mi pecho dejándome sin aire, dando paso a querer hacer la maleta y mezclarme en la gente. Los gritos y llantos pidiendo explicaciones se ahogaban en mi garganta al igual que su desconfianza se enganchaba a mi espalda haciéndome cargar con un peso insoportable. ¿Desde cuándo? Y lo que más me dolía, ¿por qué volvió a callar?

Desde el primer momento lo supe, supe que no era buena idea aquel viaje a Galicia. Supe que no era buena idea dejarla sola. Pero cabezona de ella y confiado de mí cedí a aquella propuesta indecente.

Su silencio, su labio tembloroso y morado, sus ojeras, su palidez y sus lágrimas retenidas solo me desesperaban más. La rabia y la imaginación revoloteaban sobre mi cabeza perdiendo toda paciencia.

-Voy a llamar a la policía.- Esta vez no agarró mi muñeca ni mi codo, solo me miró a los ojos y soltó un inaudible "por favor".

(Jueves 20 de junio de 2030)

-¿Estás nervioso?- Me preguntó Roi acariciando la barriga de la croqueta que tenía por perro, Rosita.

-Ni que fuera la primera vez que saco single Roi.- Ambos reímos recordando aquel primer single, Esta Vez, y la noche entre copas, lágrimas y risas por la salida de éste. -Pero sí, siempre se está nervioso para estas cosas.-

Roi había organizado una cena en su chalet, que ahora compartía con Ana, para celebrar la salida de "Si Miras A Tu Alrededor" pese a mis constantes "no es necesario montar la de dios por una simple canción" a lo que él había hecho oídos sordos. Había reunido a todo el team friends en el cual también habíamos metido a Aitana. Una felicidad me invadía de pies a cabeza cuando la veía tan a gusto y tan cercana a mi familia, porque sí, al salir del programa ellos fueron los únicos que no se separaron de mí y que aunque hubiéramos tenido nuestras discusiones y nuestras diferencias seguían ahí.

-Carallo Cepeda, tu hijo no se cansa.- Dijo Míriam con ese acento gallego cerrado que tanto la caracterizaba recogiendo su rizada melena.

Mire a Luis advirtiéndole que no se pasara a lo que él contestó con una pequeña carcajada que pretendía ser una disculpa cogiendo el balón con sus manos.

-Eres buena Míriam.- Mi hijo y ella se dieron la mano en señal de que la partida había acabado y la gellega sacudió su pelo sonriendo.

-Todos los que tenemos sangre gallega lo somos.- Dijo haciendo referencia a sus raíces y a las de mi hijo.

-Mi padre es malísimo.- Chinchó él sacando la lengua.

-Tu padre se ha vuelto un fino entre sus viajes a Barcelona, Madrid, Washington y de nuevo Madrid, perdeu a esencia da súa terra.- Se burló Míriam usando nuestra lengua.

Era cierto que tenía cierta morriña por mi tierra de vez en cuando. Ese viaje a Galicia me tenía entusiasmado y a la vez acojonado por el hecho de dejar a Aitana sola, pero era una decisión que había tomado ella y yo debía respetarla. Volver a la tierra que me vio nacer y crecer con mi descendiente me llenaba de orgullo y a la vez me impacientaba. ¿Luis guardaría un bonito recuerdo de Galicia? ¿Le gustaría? ¿Haría buenas migas con mi madre, su abuela? De eso último estaba seguro, a ambos les encantaba molestarme por mero placer.