⚜️ 17 ⚜️

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La primera vez que Astrid piso los dormitorios de Octavinelle no sabía cómo sentirse, aún estaba molesta porque no habia entrado a Pomefiore con su hermano, pero tenía el consuelo de que este no estuviera decepcionado y podría verlo todos los días.

El líder de su dormitorio, era un chico llamado Azul Ashengrotto, una persona que, según escucho, no debía estar muy cerca de él.

Pero tenía cierto encanto, en su forma de hablar, de expresarse e influenciar a las personas. Era sorprendente. Aunque había evitado el Mostro Lounge para no meterse en problemas.

Después de la tercera semana había tenido una relación de cordialidad con sus superiores, aunque mantenía la distancia con los gemelos, ellos eran aterradores.

Sin embargo, un día, donde estaba buscando a su mejor amiga pasó cerca del Mostro Lounge y una suave melodia llamó la atención de la pequeña rubia, las puertas estaban cerradas y tenía un cartel de cerrado, pero su curiosidad fue más y la abrió lentamente.

El edificio en sí ya era impresionante, la decoración, iluminación, los detalles... Todo era hermoso, entendia el por qué era popular.

La música sonó un poco más fuerte y eso le llamó la atención, el sonido de un piano siendo tocado con maestría, los golpeteos de una batería con ritmo y las cuerdas de una guitarra.

Camino lentamente hasta la parte más lejana donde había una puerta entre abierta. Con precaucion vio por el espacio y se sorprendió.

Sus tres superiores estaban tocando unos instrumentos, Azul-sempai tocaba un piano de cola larga con los ojos cerrados, una pequeña sonrisa en sus labios, realmente disfrutando el momento. Jade tenía un bajo y al igual que Azul, tenía los ojos cerrados y sonriendo. Floyd tocaba la batería, bastante contento de golpear algo, su sonrisa era más grande que la de los otros dos, pero aún así, estaba feliz.

Astrid admiro el como los tres estaban en perfecta sintonia, algo que le sorprendía, era el como Azul manejaba a los gemelos y como estos le obedecían, con lo diferentes que eran sus personalidades uno creería que los gemelos tendrían intimidado a Azul, pero estos tres se manejaban bien juntos. Y eso de alguna manera le parecía hermoso.

La música se detuvo abruptamente cuando tres pares de ojos la miraron, sin darse cuenta comenzó a taradear una canción imaginaria al son del ritmo.

Jade: Oh vaya... Una intrusa...

Azul: Pero si es Astrid Schoenheit, que sorpresa fufufu~

Floyd: Eh~ la hermana menor de Beta-sempai~ al parecer es una fisgona...

Astrid: ¡Esperen! Yo... No tenia intención de molestar, pero... Escuche una música bastante buena y quería saber de donde venía.

Azul: Lo interesante es que si no hubieras taradeado no me hubiera dado cuenta, eres muy sigilosa.

Astrid: Yo... No es nada como eso... Pero... ¿Podría volverlos a escuchar?

Floyd: ¿Por qué? No me gustan los mirones, ahora ya no quiero tocar - haciendo efacis lanzó las baquetas con fuerza hacia el suelo -

Azul: Espera Floyd, tengo curiosidad... Ya nos viste tocar y por un momento me pareció que querías cantar... ¿Por qué no hacemos un trato?

Astrid: ¿Un... Trato?

Su hermano ya le había advertido que no aceptará los tratos de Azul-sempai, porque los precios y condiciones eran altos, muchos terminaron arrepentidos. Pero ella quería saber lo que le podía ofrecer.

Azul: Nosotros tocamos... Pero tu tendrás que cantar, si nos gusta podrás irte sin problemas, pero sino nos gusta... Tendrás que quedarte a trabajar aquí... Fufufu~ con una cara tan linda como la tuya sin duda atraería a muchos clientes.

No estaba segura de aceptar, a ella le gustaba cantar pero nunca lo había hecho para alguien que no fuera su hermano, pero, era verdad que había sido grosera al entrar sin permiso, su hermano no le enseñó eso. Tenía que atenuar las consecuencias.

Astrid: Esta bien.

Los tres mayores se miraron con una sonrisa cómplice antes de acomodarse de nuevo en sus lugares, Floyd sacó otro par de baquetas.

La rubia estaba nerviosa pero recordó cuando su Nii-sama la llevaba a sus secciones de modelo y de fotografía. Calmada y actuar natural.

Con un suspiro, escucho como Azul iniciaba con un movimiento rápido, a su cabeza recordó una canción popular en una de las regiones en las que fue con su hermano por su trabajo.

Astrid comenzó a cantar, sorprendiendo ligeramente a los otros tres pero mejor decidieron continuar. Conforme avanzaban el ritmo cambiaba y Astrid cantaba con más confianza al punto de disfrutarlo. Sin darse cuenta, los cuatro estaban tan metidos en su mundo que incluso Azul se puso de pie y tocaba el piano con mucho ánimo.

Al terminar la canción, los cuatro terminaron jadeando por el esfuerzo, antes de caer en silencio. Que fue roto por la risa de Azul.

Azul: Ay que admitir que no lo haces mal... Por un momento creí que rompería el trato...

Astrid: Mi hermano se enojara si se entera, pero admito que me divertí.

Floyd: Hummm... No me gustaría ser envenenado por Beta-chan~

Jade: O tener a Rook acosandonos de nuevo...

Azul: Bueno... Soy un hombre de palabra... Puedes irte si quieres...

Astrid: Azul-sempai... ¿Puedo venir otra vez a cantar con ustedes?

Azul/Jade/Floyd: ¿Eh?

Cada miércoles de cada segunda semana, Astrid se reunía con sus superiores a los que ahora respetaba mucho. Se unía ellos para poder cantar de nuevo. Eso sí, todo con el consentimiento de su querido Nii-sama, que tenía bajo amenaza a Azul si llegaba a hacerle algo a su muy querida princesa.

Irónicamente que fuera la música que hiciera a Astrid a juntarse con los gemelos a los que tanto le tenía miedo era algo para reírse, pero ahora lo agradecía mucho...

//: Y eso fue todo amigos~ nos vemos en el siguiente.

Incorrect Quotes y Escenarios TW [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora