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Había pasado algo de tiempo y Sebastián por fin había regresado, no había dicho a donde fue, solo que era importante. Lo primero que hizo fue a ver a los mocosos a los que vio crecer, lo siguiente que hizo fue buscar a su amiga. Pero esta ya no estaba.

Sebastián: ¡Me prometiste que la protegerías! ¡Confíe en ti!

Atenea: ¡Mancillo la pureza de mi templo! ¡Merecía ser castigada!

Sebastián: ¿Te estás escuchando? ¡Poseidon entró en tu templo y la violo! ¿Qué podía hacer ella? ¡Rezo por tu ayuda y aún así le diste la espalda!

Sebastián: ¿Crees que no lo sé? ¡Ya me lo contaron todo! ¡Se que estabas celosa, porque venían a verla, porque es hermosa, estabas celosa de su hermosa alma! ¡A pesar de eso ella se esforzó tanto por ti! ¡Y así es como se lo pagas!

Atenea: ¡Ella...!

Sin embargo fue interrumpida por un puñetazo en el estómago, sintió un líquido en su boca, era icor.

Sebastián: ¡¿DONDE ESTA?!

Atenea: ¡¿Como te atreves a...?!

Fue interrumpida nuevamente pero ahora por una fuerte bofetada.

Sebastián: ¡¿DONDE ESTA?!

Atenea estaba por desafiar al ente, pero este se había vuelto en una extraña criatura con varios tentáculos de sombras, hasta el cielo se había vuelto obscuro y la tierra comenzó a temblar, esa no era la verdadera forma de Sebastián, sólo estaba muy molesto. La diosa, sin querer admitir su miedo murmuró su ubicación.

Volando a una gran velocidad llegó a los confines del mar y llegó a una isla con una inmensa cueva, sin temor se adentro y con forme avanzaba había varias estatuas de piedra, de algunos animales, ninfas y otros humanos.

Llegó casi al fondo donde había un altar de piedra y grandes columnas, justo en el centro había una criatura, de piel verde griseada y áspera, vestida con jirones de telas, en su cabeza una cabellera de serpientes. Sus sollozos eran constantes y pudo reconocer su voz.

Sebastián: Medusa...

Su voz resonó en la cueva y Medusa se puso tensa como las cuerdas de una liria, estaba por voltearse pero al final se adentro a un rincón obscuro.

Sebastián: ¿Porque huyes de mi? No te lastimare...

Medusa: Se que tu no me lastimarias... Pero ellos... Yo... ¡Por favor no me mires!

Sebastián entendió el porque las palabras de Atenea y se coloco a sí mismo un escudo, sea cual sea la maldicion, no se verá afectado.

Sebastián: Por favor... No me tengas miedo... Ven conmigo... No me temas...

Pasaron un par de minutos y Medusa por fin salió de su rincón, unos ojos brillantes y tristes bañados en lágrimas de color ambar le miraban, su rostro y sus grandes colmillos...Sebastián quería matar a alguien.

Sebastián: Mi hermosa niña... Tan crueles han sido contigo...

Medusa se tiro en los brazos de su mejor amigo, llorando todo lo que tenía por dentro y las desgracias de su destino.

Fue cuando Sebastián lo sintió, el vientre de su amiga, sintió la vida en ella... Estaba embarazada... Poseidon había embarazado a su querida amiga...

Sebastián comenzó a visitarla siempre que tenía tiempo, pero cada vez que iba había más y más estatuas, al parecer había una "prueba de valor" de quien podía matar a la bestia. Estaba molesto... Furioso... Que su querida amiga...

Medusa: Esta bien Sebastián...

Sebastián: ¡Quieren matarte! ¡No dejare que te pongan la mano enzima!

Medusa: No Sebastián... Esta bien...

Sebastián: ¿Qué?

Medusa: Estoy muy cansada... Creo.. Que ya quiero dormir...

Sebastián: ¿Planeas dejarme?

Medusa: Nunca... Seguramente, quien me asesine, pasará a la historia... Todo el mundo me recordará... Quizás como la villana del cuento... Pero lo harán... Nunca te abandonaría...

Sebastián: No es justo para ti...

Medusa: Estoy bien... Si la vida fue injusta conmigo... Espero que al menos en el Hades sea mejor...

Sebastián no estaba seguro, pero respetaba la decisión de su amiga, los años pasaron y nadie podía matar a Madusa, hasta que un héroe apareció.

Este chico era diferente, el no buscaba la fama o el reconocimiento, el estaba en esa búsqueda para poder salvar a su madre.

Perseo sentía pena por Medusa, había conocido su historia... Su verdadera historia... Y no quería cometer tal injusticia.

Medusa se dio cuenta, de ese joven con un corazón de oro y su espíritu justo y honorable. Si tenía que morir, que fuera a manos de una persona así.

Perseo: Lo siento mucho - murmuró el héroe, tenía su espada en el cuello de Medusa, solo con un jalón y la mataría. Pero una parte de él no quería, era muy cruel.

Medusa: Yo sabía que sería así desde el principio... Solo... Tengo una última petición...

Perseo: ¿Cuál es?

Medusa: Mi querido amigo... El se pondrá muy triste cuando se entere que morí sin despedirme de él... Podrías... Por favor... Verle... Por mi...

Perseo: ¿Cuál es su nombre?

Medusa: Sebastián...el gran padre de todo...

....

Sebastián: Entonces... Fuiste tu...

Perseo: En verdad... Lo lamento tanto...

Sebastián: - suspiro - No te lamentes... Se que ella lo hubiera querido así... Pero gracias por ser considerado con ella...

Perseo: Ella no quería dejarte solo...

Sebastián: Se quien eres muchacho... Se quien es tu padre y a pesar de eso, tienes mas bondad en tu corazón que la mayoría en este mundo... Pasaras a la historia Perseo... Tu y Medusa... Jamas me dejaran solo...

Perseo: ¿Puedo hacer una petición?

Sebastián: Adelante chico.

Perseo: ¿Podria contarme más?

Sebastián: ¿Tienes curiosidad?

Perseo: Quiero contarle al mundo la verdad de Medusa, si pasaré a la historia quiero que ella también lo haga de manera justa y honorable.

Sebastián: Zeus tiene muchos hijos... La mayoría encuentra un destino horrible... Pero tu Perseo... Puede que seas el más grande de todos...

Incorrect Quotes y Escenarios TW [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora