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Ares: ¿Y bien? ¿Qué opinas? - muy emocionado.

Sebastián: Una tribu de mujeres guerreras y la líder es una de tus hijas.

Ares: ¡Si! ¡Se llaman Amazonas! Todo inicio con su madre, Otrera ¡La hubieras conocido papá! ¡Nunca había conocido a una mujer tan fiera, fuerte y tenaz! - el Dios parecía verdaderamente enamorado cuando hablaba de esa mujer, no quería preguntar que fue de ella así que lo dejó en paz.

Sebastián: Es impresionante hijo y sobre todo, estoy feliz que estés orgulloso de tus hijas.

Ares sintió sus mejillas sonrojarse, había recibido las negativas de los demás dioses, menos de Artemisa claro, ante estas guerreras, pero el estaba orgulloso de ellas y especialmente de sus hijas.

Sebastián podía ver el amor y orgullo en los ojos de su hijo adoptivo, estaba feliz de poder haber influenciado un poco en el Dios antes de que se perdiera en la obscuridad... Solo esperan que siguiera así.

...

Hermes volaba de un lado a otro cada vez más angustiado, no podía encontrarlo y Apolo no estaba para ayudarle.

No podía encontrar a Ares y tampoco a su tío Sebastián.

Hermes: ¡Esto es estúpido! ¿Donde esta el tío Sebastián? - había preguntado a la mayoría o casi, porque Zeus lo había mandado a freír espárragos cuando mencionó a su enemigo jurado.

De pronto una idea se le ocurrió.

Hermes: Bueno, no pierdo con intentar. - sin mas corrió hacia la guarida de uno de sus hermanos.

...

Hermes: ¡Hermanito!

Hefesto: ¿Qué quieres Hermes? ¿Tus sandalias se han roto? - preguntó el Dios de los herreros, dando martillazos a un carro de oro, el carro de Apolo.

Hermes: No, no, están perfectas gracias, venía a preguntar algo importante.

Hefesto: No es sobre Zeus o si.

Hermes: No... Es sobre el tío Sebastián ¿Lo has visto? - pregunto angustiado.

Hefesto dejó su martillo para mirar a su hermano confundido.

Hefesto: ¿Padre no está?

Hermes: ¡No lo sé! No ha anunciado que se iría de nuevo, además tampoco encuentro a Ares y tiene más de un año extraviado.

Hefesto dejó sus cosas para poder pensar, si bien su relación con Ares no es la mejor, ambos tenían un enorme respeto por Sebastián y eso era suficiente para ambos. Por lo que, de ser necesario, los ayudaría.

Hefesto: ¿Ya le preguntaste a Helios? Lo ve todo, seguro debe saber algo.

Hermes: ¡Pero claro! ¿Como no se me ocurrió? ¡Gracias hermano! - sin perder el tiempo voló hacia el titán.

...

Mientras tanto en otro lugar.

Sebastián: ... Solo digo que debiste pensarte lo mejor antes de meterte en esta situación Adonis.

Adonis: ¡Ja! ¡Que justo! Tengo enzima a Afrodita y no entiende que la veo como una madre ¿Y dices que es mi culpa? - el hermoso joven se abrazo al cuello del mayor mirándole suplicante.

Sebastián: Será después niño - le dio un beso en la mejilla, pero a Adonis no le bastó y tomó el rostro de Sebastián para besarle.

Ambos estaban muy a gusto con ese beso hasta que Sebastián sintió la presencia de Hermes acercándose.

Sebastián: Alguien viene...

Adonis: Pero - el chico se veía decepcionado, pronto su tiempo libre se terminaría y tendría que ir con Afrodita, pero el ya estaba enamorado de ese hombre, no quería ir con ella.

Sebastián: Te veré luego, lo prometo - le dio un rápido beso en los labios y desapareció.

...

Hermes: ¡Gracias a las Moiras! ¡Aquí estas! - el Dios se abraso a su tío como si la vida le fuese de ello.

Sebastián: Tranquilo chico dime ¿Qué pasa?

Hermes: ¡Es Ares! ¡Tiene más de un año desaparecido! ¡No siquiera Helios sabe donde está!

Sebastián sintió como el color se iba de su rostro, no había podido ver a Ares en un buen rato, estaba muy ocupado con otros asuntos (Adonis, huir de la histérica de Afrodita, además ser el oyente del matrimonio del inframundo era parte de ellos).

Sebastián: Vamos... Puede que Apolo no pueda ayudarnos, pero Artemisa si.

...

Ares: ¡Ayudaaaaaa! - había perdido la cuenta de cuánto tiempo había gritado dentro de esa urna de bronce, era horrible y frío. Quería salir, quería ver a sus hijos y a su padre.

Se sentía como un niño, como cuando Sebastián le propuso iré con él, fueron los mejores años de su vida, el ente se había vuelto más padre de lo que Zeus jamás podría ser. Se había sentido feliz.

Pero ahora se sentía atrapado y débil... Estaba débil y herido.

Ares: ¡¿Puede alguien oírme?!

Pudo escuchar un par de lobos aullar pero no le tomó importancia.

Ares: ¡¡Ayuda!!

¿? : .... ... ... ¿Ares? - de escucho débilmente.

Ares: ¿Hermes? ¡Hermes! ¿Eres tu?

Hermes: ¡Por el bastardo de nuestro padre! ¡Hermano! ¡Por fin! ¡Espera un momento!

Ares escucho como Hermes se iba a gran velocidad, pero antes de poder cuestionar el porque lo habia dejado otras dos voces sonaron.

Artemisa: ¿Estas bien Ares?

Sebastián: ¡Ares! ¡Mi niño!

Al escuchar la voz de su padre, Ares tenia ganas de llorar, pero lo resistió lo mejor que pudo. Aunque no podía dejar su voz quebrada.

Ares: S-si... Estoy bien, solo estoy cansado... Por favor saquenme...

Por un par de momentos no se escucho nada pero luego sintió como era envuelto en una brillante luz que le obligó a cerrar los ojos, después una sensación cálida le rodeo.

Sebastián: Lo siento hijo... No estuve cuando me necesitaste...

Ares se dio cuenta de que era abrazado por Sebastián, como la primera vez, no resistió y un par de lágrimas salieron de sus ojos.

Con su vista mejor, vio que Artemisa y Hermes luchaban contra Oto y Efiliates.

El Dios correspondió el abrazo, ahora estaba bien, ahora podría ir a casa.

Ares: Pero viniste por mí... Gracias papá.

Incorrect Quotes y Escenarios TW [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora