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La semana había pasado, por fin era día sábado, Momoko se encontraba tirada en la cama pensando de qué manera le diría a sus hermanas lo que pasó noches atrás.
Se sentía nerviosa, no podía parar de pensar.

- ¡Momoko, es hora de desayunar!
- Ya voy, Kao.

Salió de su cama y bajó a la planta baja, encontrándose solo a sus hermanas.

- ¿Key no va a desayunar?.
- Salió de compras junto con Ken –comentó la menor–
- Oh, bien. Será más sencillo hablar con ustedes entonces.
- ¿Por qué lo dices, Momoko?
- Si, ¿Sucedió algo?

Ambas le preguntaron a su hermana.

- Si, sucedió algo chicas. Recuerdan que la semana anterior estuve de noche, no? –ambas asienten–, bien, resulta que la primera noche apareció una chica con su novio, el paciente se encontraba inflamado por haber comido algo que le causó alergia.
- Bueno, eso sucede seguido Momo, no es algo tan grave.
- No, no lo es, Kao. Lo que sucede es que ese paciente se llamaba Brick Him.
- ¡¿Qué?! –gritaron ambas–
- ¿Y qué pasó?, ¿Supo que eras tú?, ¿Qué hiciste cuando descubriste su nombre?.
- ¡Miyako!, no la llenes con tantas preguntas, calmate. Momo, dinos ¿Qué más paso?.
- Bueno, cuando leí su nombre en el papel sentí como un balde de agua fría me hubiera caído al cuerpo, me sentí mareada, tuve que decirle a Rage que terminara de encargarse de él, yo no podía chicas.

Kaoru y Miyako se levantaron de la mesa y abrazaron a su mayor, entendían el dolor que debía estar sintiendo, ellas estarían igual en su lugar. La pelirroja soltó unas cuantas lágrimas, había recordado todo lo que vivió con él.

- Ya, tranquila el mal rato ya acabó hermana, no llores.
- Si lo sé, Kao pero aún me duele un poco.
- Claro, te entiendo completamente, pero venga, animate. Si pudimos superarlo hace 7 años atrás, lo volveremos a hacer. Aparte no pienses en ese idiota, hay un hombre que realmente te valora ahora.
- Hablas d— –la interrumpió–
- Él mismo –sonrió–
- Si, tienes razón, Kao

Miyako se quedó callada en todo momento, estaba muy pensativa como para comertar. ¿Y si ella veía a Boomer?, Tenía miedo de su reacción. ¿Cómo después de tantos años la vida daba una vuelta tan drástica?.



En el hogar Him se encontraban los tres hermanos desayunando, Brick se hallaba mucho mejor y había prometido no volver a comer sushi.

- Brick, ¿Cómo crees que reaccionó Momoko?.
- Es obvio que mal Butch, ella no volvio a aparecer, un enfermero llamado Rage me dio el alta esa noche.
- Diablos!, yo vi a Kaoru en el gym y sabes tiene pareja, ¡Y es el entrenador del Gym!
- Vaya hermano, no podrás ser competencia para ese modelo –dijo Boomer–
- Callate, tal vez yo no tengo un cuerpo tonificado, ni ojos color lila, ni tampoco una cabellera tan brillosa y suave, o una piel perfecta. Pero tengo lo mío, si?.
- Jajajajajaja, bueno dime, ¿Qué tienes?, yo no veo nada.
- Boomer, te la estás ganando.
- ¿Qué, por ser sincero?.

Un fuerte golpe se escucho.
Butch había golpeado con fuerza la nuca de su hermano, el rubio había colmado su paciencia.

- Ay, Butch!, me dolió
- Te pasa por imbécil.
- Comportence, no parecen hombres de 30 –el pelirrojo rodó los ojos– Aparte, ¿Por qué te enojas?, tú tienes pareja y sigues siendo un mujeriego, Kaoru no merece un hombre así.

Golpe bajo.
Brick había perdido la paciencia con sus hermanos, esas discusiones estúpidas siempre lo terminaban molestando. Butch por su lado se levantó furioso de la mesa y subió a la segunda planta, azotando su puerta, Boomer se dio vuelta y se quedó mirando a su mayor.

- Brick, te pasaste hermano.
- No, no lo hice, solo dije la verdad. Nosotros tenemos parejas, ¿O lo olvidas? –negó– bien entonces no me pase, no es mentira que Butch es un mujeriego, no se por que ahora viene y se hace el indignado.

Boomer se levantó de la mesa y al igual que su hermano subió hacia su habitación sin azotar la puerta.

Brick se encontraba pensando en lo sucedió esa noche, ¿Cómo su vida dio una vuelta en tan sólo una semana?. Él se encontraba bien, trabajando y feliz con su relación.
¿Por qué ahora sucedía esto?. No podía dejar de pensar en él rostro de Momoko, ese largo cabello anaranjado, sus ojos rosados, sus labios carnosos, sus lindas facciones.

Se sentía molesto con él mismo.

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