Brenda descubre algo que jamás pensó que le pasaría y no sabrá qué hacer. Mientras tanto, la vida de Mateo no va muy bien... ¿cómo estará la relación entre Mateo y Emily, por cierto?
Alonso debe acostumbrarse a su nueva vida con su nueva familia. Af...
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Viernes, 01 de abril del 2018
Hola, diario.
En realidad esto es una libreta común y corriente, pero debo estar bastante desesperado como para recurrir a la misma medida que tomó Anna Frank.
Si te soy sincero, empiezo a darme pena.
En fin, ¿por qué diablos escribo si ni siquiera me gusta? Pues supongo que debe ser porque quiero hablar con alguien que no sean mis amigos y no tengo quién pueda ser.
En realidad, siento que me ayudaría mucho un consejo femenino. Y sí, sé que tengo amigas. Sin embargo, las mellizas siempre paran ocupadas en sus cosas y... no me gustaría molestarlas. Fer está muy concentrada entrenando patinaje sobre hielo, ya que creo que tendrá una competencia pronto... y Paz está con Frank.
También soy amigo de Brenda, pero no tanto como para contarle todos mis problemas.
Laura no cuenta. Para nada.
De hecho, debo decir que últimamente ha estado actuando raro. Parece estar más amargada. No sé si solo sea conmigo, pero de que lo parece, pues lo parece.
¿Qué más puedo contar?
Emily y yo aún no hemos hablado a pesar de que ya pasaron casi 6 meses desde el beso.
Lo sé... bastante tiempo. Más del que quisiera, de hecho. Es que en serio no quiero hablar con ella a menos que esté completamente seguro de si siento algo por ella o no.
Sin embargo, todo ese tiempo me ha ayudado a darme cuenta de que sin Liz estoy mejor.
Es muy raro decirlo, pero es la verdad.
Ya estoy en tercer año de secundaria. Se supone que ella debería estar yendo a quinto año en nuestra escuela, pero se cambió de colegio. Definitivamente no la veré jamás... y eso no me da tristeza.
¿Por qué se cambió de escuela? Nunca lo supe y supongo que ya no lo haré. Ella nunca más me volvió a hablar y yo ya dejé de intentarlo hace algunos meses.
Regresando a Emily, que es un tema que me ha estado interesando últimamente, no tengo ni la menor idea de qué hacer...
En serio necesito una madre...
Es decir, la tengo... pero al mismo tiempo, no. No tengo idea de dónde se encuentre y creo que mi padre tampoco la tiene.
A veces pienso que las mujeres, en su cerebro, tienen una fábrica de buenos consejos que usan casi todo el tiempo. Además, tienen una gran capacidad y paciencia para escuchar.
Si llega una persona y me empieza a contar toda su vida, debo admitir que en algún momento me distraeré y me perderé en su historia. Creo que a las chicas no les pasa eso...
