MIEDO

36 7 34
                                    

—¡Tenemos que llamar a su madre! —grité

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Tenemos que llamar a su madre! —grité.

—Le diré a Gerardo que nos vamos —contestó mi hermana. Me tomó de la mano y ambos nos dirigimos a donde estaba Gerardo para decirle que ya no podíamos estar más tiempo en el parque.

Él comprendió al instante y se despidió de nosotros, pidiéndonos que nos cuidemos.

—Llama a su madre —me dijo mi hermana. Busqué en mi celular su número, pero luego me di cuenta de que...

—No tengo su número y tampoco me lo sé —me culpé por ello—. ¡Oh, diablos!  —mi respiración se agitaba—. ¡No me lo sé, Gina! —volteé a ver a mi amigo y, a lo lejos, vi que ya lo estaban metiendo en la ambulancia—. ¡Tenemos que acompañarlo!

—No podemos. Somos menores de edad y tampoco somos sus parientes —me explicó calmada. ¿Cómo podía estar calmada? Ni idea.

—¡Pero tenemos que hacerlo! ¡No lo podemos dejar solo! —¿por qué tenía que pasarle eso a él?—. ¡Si no puedo llamar a su madre al menos quiero acompañarlo, Gina! ¡Por favor! —me estaba empezando a alterar—. ¡Se puede morir! ¡Yo no quiero que muera! —empecé a temblar—. ¡No quiero! —ya estaba a punto de llorar.

—Gian, escúchame —me tomó de los hombros y me miró fijamente—. Respira —lo hice, entrecortadamente—. Cálmate y llama a Daniel. Debe estar en su casa. Seguramente él llamará a su mamá —yo asentí nerviosamente con la cabeza—. Yo iré a preguntar a qué hospital lo llevarán —se fue.

Mis manos aún temblaban. Busqué el número de Daniel, lo encontré y lo llamé.

—Hola, Gian —me saludó alegremente—. ¿Cómo estás?

—D-Dani, hay un problema —tragué en seco.

—¿Qué pasa? —preguntó preocupado—. Te escucho bastante mal.

—A-Alonso... —me aterraba el recordarlo. "Cálmate, Gian", me dije—. T-Tuvo un accidente.

—¡¿Qué?! —se escandalizó—. ¿Dónde? ¿Cómo? —iba a contestarle, pero sentí que me quitaban el celular. Instantáneamente volteé y vi que era mi hermana.

—Dani, Alonso fue atropellado por un auto y será llevado al Hospital Central. Llama a tus padres inmediatamente y diles lo que te acabo de decir, ¿de acuerdo? —se quedó callada—. Bien. Adiós —comenzó a caminar y yo le seguí—. Iremos al Hospital Central, yo iré llamando a tus amigos —asentí con la cabeza y agradecí que ella los llame, ya que no creía que sea capaz de llamar a mis amigos y contarles de la tragedia...


 Iremos al Hospital Central, yo iré llamando a tus amigos —asentí con la cabeza y agradecí que ella los llame, ya que no creía que sea capaz de llamar a mis amigos y contarles de la tragedia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
AVENTURAS #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora