CELOS Y PREOCUPACIÓN

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Como dije anteriormente, Alejandro, un chico de quinto de secundaria, era el más deseado y soñado por las chicas

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Como dije anteriormente, Alejandro, un chico de quinto de secundaria, era el más deseado y soñado por las chicas.

Ahora, ¿se imaginan como se sentiría alguien al ver a su enamorada hablar con alguien como Alejandro?

Bueno, yo me pregunté lo mismo hacía tiempo... y los tontos de Alonso y Mateo me dieron la respuesta. Lo sé, Alonso no tenía enamorada, pero sí tenía un interés amoroso así que sí cuenta.

En fin, era el tercer día de las olimpiadas y mis amigos y yo estábamos almorzando tranquilamente sentados en el pasto, conversando.

Las chicas estaban lejos sentadas en las bancas y bajo un gran árbol en el campo.

Todo estaba tranquilo... hasta que vimos que Alejandro se acercaba a nuestras amigas.

—Oigan —Daniel llamó nuestra atención—. ¿Ese no es el chico "guapo" de la escuela? —preguntó haciendo las comillas con sus dedos.

Inmediatamente los tres volteamos a ver... y era cierto. Alejando se iba acercando a nuestras amigas con su sonrisa de galán y todos sus músculos agrandados.

—Oh no... ¿qué querrá? —preguntó Alonso.

—Ni idea —respondí.

Vimos que Alejandro se paró en frente de ellas y comenzó a hablarles de forma relajada y tranquila.

—Ya lleva mucho tiempo ahí... que se largue —gruñía Mateo.

Minutos después, vimos que las chicas empezaban a reírse con él. Sobre todo Paz.

—¿Qué habrá dicho? ¿Por qué se ríen tanto? —preguntaba Alonso.

—¿Estás celoso, hermanito? —lo molestó Daniel.

—Eso no te importa, Daniel —regañó Alonso.

—A mamá le parecería interesante saber lo que sientes por Paz —comentó Daniel.

—Ni se te ocurra —gruñó Alonso. Yo empecé a reírme un poco.

Mateo miraba pendiente el comportamiento de Alejandro y el de su propia enamorada, quien se reía un poco al lado de Alejandro.

—No creerás que a ella de verdad le interesa, ¿o sí? —le pregunté a Mateo al verle la cara.

—No. Dudo muchísimo que quiera algo con él. No lo haría, de hecho... pero él sí podría hacer algo —respondió.

—Cierto. Ese tipo sería capaz de robarles un beso —comentó Alonso.

—Y nadie quiere eso —agregué.

De lejos, vimos que Alejandro hacía un ademán con su mano, como pidiéndole a Paz y a Emily que lo sigan.

Me reía al ver como las caras de Alonso y Mateo cambiaban al ver la escena.

AVENTURAS #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora