OLIMPIADAS (Parte 2)

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Sabía perfectamente que no podría jugar absolutamente en las olimpiadas

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Sabía perfectamente que no podría jugar absolutamente en las olimpiadas.

Siempre, cada año, jugaba volley y mi equipo campeonaba en su categoría. Sin embargo, ese año no podría jugar debido al cáncer.

El médico nos dijo que haga muy poca actividad física y que evite estar expuesta al sol. Mi madre también me lo repitió una y otra vez... hasta el cansancio.

Pero de todos modos ahí estaba, yendo a la escuela en mi transporte al lado de mis amigos. Creí que sería un día sin muchas sorpresas y hasta aburrido, pero resultó que no.

Entré al mismo transporte de siempre y lo primero que vi fue a Emily... con el cabello corto, muy corto.

Me quedé boquiabierta al verla. Debo mencionar que Emily tenía el cabello debajo de la caderas y ahora lo tenía a la altura de la nuca. ¡La nuca!

¡Su ondulado, castaño, envidiado y amado cabello largo estaba a la altura de la nuca!

—¡¿Qué le hiciste a tu cabello?! —le pregunté con una sonrisa, ella me la devolvió. El resto de los chicos voltearon a vernos—. Es decir, está lindo... pero, ¿por qué?

—No lo sé. Me entró la locura y quise cambiarme de look —se encogió de hombros como si no fuera nada... hasta que vio que cerraban la puerta de nuestro transporte—. ¡Oigan! Aún no cierren. Falta Mateo.

—Lo esperaremos un minuto más, sino sube, nos vamos —le respondió el chofer. Pasó ese minuto y Mateo no llegó. Cerraron la puerta y empezamos nuestro camino hacia la escuela.

—Qué extraño... ¿por qué no habrá venido? —se preguntó mi amiga algo preocupada y confundida.

—Quizás se enfermó —le respondió Gina, la hermana mayor de Gianmarco.

—No suele enfermarse con frecuencia —le contestó Emily.

—Puede que esté demasiado emocionado por las olimpiadas y quiso llegar rápido —le contestó Paz.

—Esa me parece una teoría mejor —comentó Emily.

—Ya, Emi. Dime quién rayos te retó a cortarte el cabello —habló Fer.

—Nadie me retó a cortármelo, yo lo decidí sola —aclaró.

—¿Quién eres y qué hiciste con Emily? —bromeó Alonso.

—¿De verdad está hablando la misma chica que trataba a su cabello como su bebé? —dijo Gian y los demás nos reímos.

—Sí, Gian. Soy yo. Emily Madison Palacios Paredes. La misma loca de siempre, la que conoces desde los seis —Emily se cruzó de brazos—. Simplemente quiso probar otro look y ver cómo se sentía tener el cabello tan corto. Aunque no negaré que lo extraño largo —hizo un puchero.

—De todos modos te queda bien, querida —le dije y ella me sonrió.

—Gracias, amiga —me respondió.

AVENTURAS #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora