ODIO

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Estaba en mi habitación haciendo la tarea de historia que me faltaba y que se supone que tenía que entregar la semana pasada cuando sonó mi celular

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Estaba en mi habitación haciendo la tarea de historia que me faltaba y que se supone que tenía que entregar la semana pasada cuando sonó mi celular.

Era un número desconocido y por eso no contesté. Sin embargo, ese mismo número seguía llamando y me comencé a desesperar.

"Si es un número equivocado en serio me voy a enojar", pensé.

—¿Hola? —contesté.

—Hola, Gian —fruncí el ceño.

—¿Alonso? ¿Qué rayos? ¿Por qué llamas de ese número?

—Es el teléfono fijo de mi casa. Nunca lo usamos, pero ahora que estoy castigado lo estoy usando —me explicó.

—Oh, bueno. Mateo me contó por qué estabas castigado. De hecho creo que ya se lo contó a todos nosotros —le dije—. Nos dimos cuenta de que él sabía y no paramos de preguntarle hasta que nos conteste todo.

—Sí. Me imagino. Ayer llegó el junto a Emily y me dijeron que tú y Fer también ya se habían enterado.

—Pues, sí. Pero, man... ¿por qué me llamaste? —pregunté curioso.

—Ay, Gian. Odio estar castigado. ¡Me aburro porque no puedo salir y tampoco tengo mi celular! —se quejó—. Si estuviera con la señorita Roxana no me quitaría el celular jamás. Y hablando de ella, no podré visitarla esta semana.

—Vamos, amigo. Tener padres no es tan malo —lo traté de animar.

—Sí. Lo sé. Es que creí que tenerlos, pues... todo sería siempre bonito.

—Bueno, ya viste que no —no me dijo nada—. Man, ¿sabes cuándo fue la Revolución Francesa?

—¿1789? —tanteó.

—Sí. Creo que era ese año —escribí en mi cuaderno.

—Espera... ¿estás haciendo la tarea de historia de la semana pasada?

—Sí —respondí simplemente.

—Y supongo que tu madre no sabe nada.

—No. Ni lo sabrá —escuché su risa.

—Oye, ya debo irme. Alguien toca la puerta. Bye.

—Adiós —me despedí y corté la llamada.

Mi madre era algo exigente con los estudios. Afortunadamente, a mí no me iba tan mal... pero tampoco era de los que resaltaba. A mi hermana mayor Gina era a la que le iba mejor, ya que siempre tenía altas calificaciones mientras que mi hermana Gianella era prácticamente igual que yo.

Debido a la pérdida de mi padre, mi mamá nos sobre protegía un poco. Mi hermana Gina ya tenía 16 años y tenía que verse con su pareja a escondidas...

AVENTURAS #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora