One Shots Jori

Thing I didn't say

—Tori, no te distraigas tanto, recuerda que hoy será la última revisión de tu álbum debut.

—Está bien, Henry, no te preocupes, sólo visitaré a mis amigos de HA.

—Iré por ti a las 10.

—Bien.

Salí de la disquera y caminé hacia mi auto, por fin después de tanto tiempo logré obtener mi licencia.

Estaba algo nerviosa, desde hace 5 años que perdí la comunicación con mis amigos, no porque así lo deseara sino por los objetivos que decidimos ponernos. Aunque había alguien con quien si había perdido la comunicación por desicion.

—Morenaza— André me saludó desde la mesa.

Habíamos quedado en vernos en el Nozu, él y yo, comer algo ponernos al día y después iríamos a la casa de Cat con todos los demás.

—Que tal, André— llegué hasta él y dejé un beso en su mejilla.

—Ya pedí el sushi.

—Excelente servicio— me reí.

—Y cuéntame ¿Cómo vas con tu carrera?

—Tengo todo para mi disco— el mesero dejó los platos y nosotros le agradecimos.

—Aún me siento ofendido por eso.

—Lo siento, pero tuve que luchar demasiado para que me aceptaran las canciones que deseo para el álbum, así que ellos decidirán los arreglistas.

—Vaya, ¿tan importante es?— comenzó a comer el pescado crudo.

—Si, es mi aceptación, es mi vida.

—Espera... Entonces ¿es sobre ella?

—Si.

—Pensé que ese tema estaba cerrado.

—Lo está pero es algo que quiero hacer.

—¿Qué pasa si lo escucha? ¿Todo el álbum será sobre ella?

—No, quieren que el EP contenga 10 canciones, llevo 7, cuatro tratan sobre nosotras.

—Ya veo.

—¿Crees que se moleste?— jugué con los palillos.

—No lo sé, no se si sea tema olvidado para ella, además ¿Qué pasará si los fans con lo astutos que son logran relacionar todo?

—No lo creo—comenté con gracia— tal vez sepan que estudiamos juntas pero de eso a que sepan lo que vivimos hay mucha diferencia.

—Tienes razón.

Seguimos platicando mientras devorabamos el sushi, hasta que se hicieron las 7 y emprendimos el camino a casa de Cat.

—Vaya, si que la rojita gana bien eh.

—¿Qué esperabas? Es la Super estrella que merece ser.

—Es verdad, pero mira esta mansión.

—Vamos, dile que estamos aquí— golpeé el brazo de André.

—Chicos— Cat nos abrazó llevaba puesta una sudadera enorme con la que se veía más pequeña, no pude evitar abrazarla más de una vez.

—Los demás ya están adentro, vamos.

Cat me tomó de la mano guiándonos al interior de su mansión.

—Hey, chicos— André y yo saludamos a los demás.