One Shots Jori

Better Run

—¿Ya están todos listos?— Sikowitz preguntó a todos sus estudiantes.

Se había propuesto hacer un cortometraje especialmente para Halloween. El proyecto sería un 70% de la calificación final del semestre además de que el resultado final se proyectaría en el caja negra.

—¡Listos!— Todos los estudiantes involucrados afirmaron.

El profesor fanático de los cocos asintió.

—Sikowitz

—Dime Toro— respondió sin observar a su alumna, estaba escribiendo y repasando algunas observaciones.

—¿Porqué tengo que usar ésto?— señaló el que sería su disfraz durante la escena de la fiesta— digo, ¿a quién se le ocurrió?

—¿Qué tiene de malo?— él seguía viendo la tabla de apoyo.

—No lo sé, no me siento muy cómoda.

—Dile eso a Jade, ella lo eligió.

—¿Jade?

—Así es— él asintió lentamente.

Tori negó, comenzó a caminar cubriendo su pecho con sus brazos –se sentía un tanto desnuda– hacia el otro extremo de la locación que usarían como foro para esas escenas.

El lugar era una casa prestada por Scott uno de los estudiantes más destacados por su inteligencia pero rezagados por su enigmática y solitaria imagen.

—Jade— Tori llamó la atención de la ojiazul.

—¿Qué?— le dio una sonrisa con los labios pegados.

—¿Porqué esto?— se señaló el disfraz.

—¿Qué tiene de malo?

—¡Parezco conejita de revista!— exclamó.

—Así es— la sonrisa de Jade permanecía pero esta vez sus dientes se asomaron entre esos tan bien delineados labios.

—Jade, una coneja.

—Pero la más sexy de todas— tomó a Tori por la cintura acercándola a ella plantándole un rápido beso, dejando una leve mordida en sus labios.

—La bonita muere primero— Tori le recordó.

—No está vez— Jade seguía sujetandola— esta vez la bonita será la maldita.

—Eso me gusta— Tori rió para después besar, esta vez con mayor pasión a Jade.

—Las jori, dejen de transmitirse sus fluidos— habló fuerte Sikowitz desde el otro lado de la habitación— después podrán intercambiar babas, por el momento hay un corto que tenemos que grabar.

—Sikowitz— Jade gruñó.

—Ya vamos— Tori rió dejando un pequeño beso sobre los labios de Jade—Vamos— tomó de la mano a su novia.

—Todos a sus posiciones— el loco de los cocos ordenó y todos los alumnos obedecieron.

—Greg— Tori sonrió al pararse al lado del chico.

Greg era un tipo apuesto pero no el típico apuesto que te describen en cualquier novela, era un chico moreno claro, delgado, sin marca alguna de ejercicio en su cuerpo, con ojos marrón, cabello rizado color negro, tenía una sonrisa amable y largas y rizadas pestañas, era divertido, alegre, sociable. Por eso es que Tori disfrutaba de sus escenas con él, reía mucho a su lado y, aunque al inicio los celos de Jade ponían las cosas difíciles y un tanto tensas, pronto entendió que entre todos los chicos en Hollywood Arts, Greg –además de sus amigos– no tenía intensiones de flirtear con Tori.