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Ahí se encontraban, en la terraza, arriba de una manta, mirándose a los ojos, con los sentimientos a flor de piel.
Estaban de costado, Mateo con los brazos por los hombros de Manuel y el castaño con las manos en la cintura del contrario.
Después de una sesión de besos, se quedaron cerca pero dedicándose el tiempo de mirar, analizar y guardar como recuerdo la carita del otro, sus respiraciones chocaban y sus ojos conectaban. Las famosas mariposas en la panza, estaban de fiesta dentro de cada uno.

Manuel: vamos a la laguna?, hace un toque de calor

Mateo: mm vos decis?, el bicho mas chiquito ahí te ceba mates

Manuel: mas ricos que los tuyos seguro

Mateo: buee callate que tus mates son una laguna

Manuel: dalee vamooos mateitoo

Mateo: bueenoo pesado

Manuel: fa sos re difícil de convencer eh

Mateo: callate por que no voy nada

Manuel: era joda lindo, tkm

El castaño entrelazo sus manos y se dirigieron a la laguna.
Ya ahí se adentraron, Mateo iba en boxer ya que no había llevado la malla, Manuel si llevaba su malla así que eso no era problema.

Mateo: uh wacho llega a pasar alguien y te cago a piñas, me estas exhibiendo ahre

Manuel: ay pobrecito el- agarro y apretó las mejillas del morocho

Mateo: fa tas modo gil hoy- bufo

Manuel: perdón bebe

Manuel agarro al morocho subiendolo encima suyo, el otro entrelazo sus piernas en la espalda baja del castaño, y rodeo su cuello con sus brazos, Manuel lo sostenía por la cintura.
Estaban mojados y gotas corrian por todos sus cuerpos, nuevamente sus caras estaban a centímetros y sus labios rozaban.

Empezaron a besarse lentamente, un beso que transmitía paz y amor, un beso que llenaba y reparaba todo mal.
El castaño comenzó a dar besos húmedos por todo el cuello del morocho y dejando alguna que otra marca.

El sol comenzaba a bajar, las nubes se iban tornado de un rosa anaranjado, el atardecer había llegado y todo se volvía un poco mas especial.
Esa tarde la laguna fue testigo de las escenas hermosas que le brindaban los dos jovenes, el amor tras cada beso, cada caricia, sus piel estremeciendose tras cada toque del contrario, y esas palabras.

Manuel: t-te quiero- dijo un poco avergonzado, temía ser muy intenso o algo de eso, el siempre había sido frío y le costaba expresarse pero cuando lo sentía, necesitaba decirlo.

Mateo: te quiero- dijo seguro, lo quería era mas que obvio.

Esa tarde la laguna y el atardecer, fueron testigos de las confesiones, esa tarde aprendieron mas del amor.

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medio corto creo¿
re pt todo dkfks

me pa que se acerca el final
chan chan chan (ke decia

ᴍᴜʏ ᴅɪꜰᴇʀᴇɴᴛᴇꜱ ~ᴛʀᴜᴇᴘʟɪᴋ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora